Rabat. Marruecos ha presentado una reforma del Código de Familia que conserva la poligamia, restringida a situaciones específicas, como la infertilidad de la esposa y con la autorización de esta. La nueva normativa, anunciada nueve meses después del plazo establecido por el propio rey Mohamed VI, ha generado controversia al no incluir las principales demandas de los movimientos feministas del país.
El rey, quien arbitra directamente las reformas en el ámbito familiar, había solicitado al Gobierno, hace un año y medio, una revisión del estatuto personal conocido como Mudawana. Sin embargo, el resultado final ha quedado lejos de las aspiraciones de las organizaciones feministas, que pedían la abolición de la poligamia y mayores derechos para las mujeres.
Entre los cambios incluidos en la reforma, destaca la elevación de la edad mínima para contraer matrimonio a los 18 años. No obstante, esta medida queda matizada por la posibilidad de que los jueces autoricen matrimonios con menores, lo que ha suscitado críticas de diversos sectores sociales.
La Mudawana, revisada por última vez en 2004, sigue siendo un campo de tensiones entre la tradición islámica y las demandas de modernización. Esta nueva reforma, aunque incorpora ciertos avances, refleja la resistencia a abandonar normas basadas en la ley islámica, en un contexto donde las aspiraciones de igualdad de género chocan con las interpretaciones tradicionales de la religión.
La decisión del monarca, considerado “comandante de los creyentes”, subraya el delicado equilibrio entre conservar las raíces culturales y religiosas del país y abordar los desafíos de los derechos humanos en el siglo XXI.
Cambios destacados en la Mudawana
- Restricción de la poligamia: Se permite únicamente en casos de infertilidad de la primera esposa o enfermedades que impidan relaciones sexuales, siempre con su consentimiento previo.
- Matrimonio infantil: Se fija en 18 años la edad mínima para contraer matrimonio, aunque se permite el casamiento excepcional de menores de 17 años bajo condiciones específicas y con autorización judicial.
- Derechos de las madres: Se otorga tutela legal a las madres sobre sus hijos menores tras una separación, y se conserva la patria potestad incluso si estas vuelven a casarse.
Debate sobre igualdad de género
La reforma descartó demandas clave de colectivos feministas y de derechos humanos, como la igualdad de género en la herencia y el reconocimiento de la filiación de los hijos nacidos fuera del matrimonio. Según el ministro de Asuntos Islámicos, Ahmed Tawfiq, estas propuestas “se contradicen con la religión y la Constitución” y “destruyen la institución familiar”.
En cuanto a la herencia, se mantienen las normas coránicas que asignan a los varones el doble de los bienes que a las mujeres. No obstante, se ofrecen alternativas como la exclusión del domicilio conyugal de la herencia, el reconocimiento del trabajo de las esposas como contribución al patrimonio familiar, y la posibilidad de que los padres realicen donaciones o testamentos en favor de sus hijas.
Arbitraje del rey y consultas amplias
La reforma fue diseñada tras seis meses de consultas con académicos, políticos, feministas y representantes de la sociedad civil, y posteriormente fue evaluada por el Consejo Superior de Ulemas. El rey Mohamed VI actuó como mediador entre las facciones liberales y conservadoras del país para garantizar un equilibrio entre las reformas y los valores religiosos.
Próximos pasos
El borrador será transformado en un proyecto de ley que deberá pasar por el Consejo de Gobierno y el Parlamento antes de su implementación. Este proceso será clave para evaluar si la reforma logra satisfacer las aspiraciones de modernización mientras respeta las tradiciones islámicas de Marruecos.
