Testigo del tiempo / J.C. Malone
Ninguna reunión seria sobre la migración haitiana puede celebrarse sin los empleadores de esos indocumentados, y los políticos solo son serios cuando están “trabajando”, es decir, simulando.
“El problema haitiano” es una cortina de humo. Imaginemos el país sin haitianos. ¿Bajará el costo de la vida, mejorará el transporte, la seguridad pública, la seguridad energética? Claro que no.
Abinader y los expresidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina sostendrán una “Cumbre Presidencial” con una agenda que nunca conoceremos, el “problema haitiano” es pura distracción.
Ellos forman el “cartel politico gobernante”, fueron tan dañinos, que en 29 años gobernando, causaron todos los problemas nacionales, sin solucionar ninguno.
Hoy se juntan, recordemos aquel principio matemático: “El todo es mayor que la suma de sus partes”, juntos serán mucho más dañinos que separados.
El inmenso Noam Chosmky, con sus bemoles, dijo que: “en todos los asuntos donde todos los partidos están de acuerdo, tú no tienes opciones”. A los partidos, debemos sumarle los guardias, la “cumbre” será en el Ministerio de Defensa.
Durante la reunion del miércoles 14, Abinader quizá pase algún mensaje que trajo de Washington, pero su objetivo es suscribir un pacto por la gobernabilidad.
Después de cuatro años gobernando nada tiene que mostrar. Irónicamente, Abinader destruyó la reputación de Medina y sus seguidores, ahora debe pedirle apoyo para mantener su gobierno. Eso da una idea de las dificultades que enfrenta.
Cuando el gobierno de Mejía se tambaleó tras el colapso de Baninter, se mantuvo porque lo apoyaba el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Esa era la maquinaria política más poderosa del país, Partido Revolucionario Moderno no es ni sombra de lo que fue el PRD.
Abinader sabe que no tiene estructura política para resistir la crisis venidera, necesita un pacto por la gobernabilidad, entre politicos y guardias.
Cuando guardias y políticos deciden “defender la soberanía y la democracia” (entiéndase gobernabilidad), nos “someterán a la obediencia”.
Ahora recuerdo una expresión que don Luis Julián Pérez usaba con frecuencia en nuestras conversaciones privadas: “pobre país”.