El presidente de EE.UU. anuncia nuevos gravámenes y la suspensión de negociaciones con Beijing
Washington, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este lunes una nueva advertencia a China en el marco de la creciente guerra comercial entre ambas potencias, al anunciar que impondrá un arancel del 50 % a productos chinos si Beijing no retira los gravámenes del 34 % aplicados recientemente como represalia.
La amenaza, divulgada a través de una publicación en Truth Social, se suma al clima de tensión que ha generado un terremoto en los mercados internacionales. “China impuso aranceles de represalia del 34 %, que se suman a sus aranceles récord, subsidios ilegales y manipulación cambiaria a largo plazo. Si no los retiran antes del martes, responderemos con más fuerza”, sentenció Trump.
El mandatario estadounidense aseguró que, de mantenerse la medida china, las nuevas tarifas entrarán en vigor el próximo 9 de abril. “Cualquier país que adopte represalias contra EE.UU. recibirá aranceles sustancialmente más altos. No toleraremos más abusos comerciales”, advirtió.
Además de esta respuesta directa a Beijing, Trump anunció la suspensión de todas las conversaciones con autoridades chinas. “No habrá diálogo mientras haya represalias. No responderemos a solicitudes de negociación mientras sigan castigando a nuestros productores y trabajadores”, afirmó.
La escalada entre Washington y Beijing ha sacudido los mercados mundiales. Wall Street cerró con pérdidas generalizadas, arrastrando a las bolsas europeas tras la debacle registrada en Asia, donde se cotizó por primera vez con los aranceles del 34 % impuestos por China a productos estadounidenses.
Los analistas financieros advierten que una guerra arancelaria prolongada entre las dos mayores economías del mundo podría desatar una recesión global. Sectores industriales y agrícolas en EE.UU. también han expresado preocupación por el impacto que las represalias chinas puedan tener en sus exportaciones.
Pese a su postura firme con China, Trump celebró que Japón haya enviado una delegación de alto nivel para negociar un nuevo acuerdo comercial. “Japón está haciendo lo correcto. Han venido con propuestas concretas. Así es como se negocia”, expresó, en contraste con el endurecimiento de sus posiciones hacia China.
La administración Trump había anunciado hace una semana un arancel base del 10 % a todas las importaciones, medida que afectó a aliados comerciales clave y encendió las alarmas sobre una posible desglobalización del comercio.
En su publicación, Trump también arremetió contra lo que denominó “prácticas desleales estructurales” del gobierno chino, incluyendo “regulaciones ocultas, discriminación a empresas extranjeras y ciberespionaje económico”.
China, por su parte, ha advertido que no tolerará intimidaciones y prepara nuevas contramedidas si EE.UU. cumple su amenaza. El portavoz del Ministerio de Comercio chino, Li Yiguang, afirmó que el país asiático “está dispuesto al diálogo, pero no bajo coerción”.
La retórica beligerante de Trump marca un nuevo capítulo en una disputa que ha pasado de los aranceles al desacoplamiento comercial. Las declaraciones del presidente estadounidense también tienen impacto en el ámbito electoral, donde busca reforzar su imagen de protector de la industria nacional.
“Esta es una lucha por el futuro económico de América. Nosotros no retrocederemos. China debe aprender que sus días de aprovecharse de EE.UU. han terminado”, declaró Trump en tono desafiante.
Economistas prevén que, de concretarse los nuevos aranceles del 50 %, el total de gravámenes a productos chinos alcanzaría un nivel histórico del 104 %, afectando bienes clave como tecnología, automóviles y maquinaria.
El cierre de la jornada dejó a los inversionistas a la expectativa. Las bolsas asiáticas anticipan una semana de volatilidad, mientras la comunidad internacional observa con preocupación los efectos colaterales de esta guerra comercial sin precedentes.
El enfrentamiento entre Trump y Xi Jinping parece alejarse cada vez más de una solución diplomática. A pocos días del límite impuesto por Trump para la retirada de los aranceles chinos, el mundo espera si esta nueva amenaza será el punto de quiebre o una táctica más en la partida comercial más riesgosa del siglo.