Como yo lo veo. Probablemente estoy equivocado; lo más seguro es que lo esté, pero sigo viendo al presidente Luís Abinader solo, muy solo, navegando contracorriente tratando de llevar la nave a buen puerto, pero con una tripulación en su mayoría inexperta o con objetivos distintos a los del capitán. Y en esas condiciones es muy difícil, porque encontró un velero sin velas, sacudido por una pandemia sanitaria y una crisis económica mundial que no le permitió zarpar a mar abierto, y cuando lo intentó se vio arrastrado por las olas tempestuosas de la corrupción y la impunidad. Y lo peor, con un partido sin estructuras sólidas, con una disciplina quebrada y con una formación clientelar fruto del deterioro de la mal llamada “clase política”, cada vez menos creíble. y como si fuera poco, la dirección del PRM está “en Belén y los Pastores”.
El presidente no tiene partido. El PRM no es un partido. En su corta historia todo ha sido muy rápido. Parece haber llegado al poder sin estar debidamente preparado. Lo he dicho otras veces, pero mis palabras, al igual que las de otros, han quedado en el olvido. Luís necesita una organización fuerte, disciplinada y bien formada políticamente. En medio de la crisis que vive la humanidad y en particular nuestro país, un presidente no puede gobernar solo, precisa de un gabinete integrado por dirigentes que tengan los mismos intereses políticos que el presidente, que lo acompañen, que crean en su proyecto, que lo defiendan a rajatablas, sacrificándose al máximo sin importarle las consecuencias, como lo está haciendo el mandatario.
Un gabinete unido, coherente, que rechace la mediocridad. Luís necesita que todos los ministros, viceministros y demás funcionarios, se la jueguen, que actúen con transparencia y honestidad, como lo hace el presidente. El que no esté dispuesto al sacrificio trabajando voluntariamente doce y catorce horas todos los días, como lo hace el presidente, que renuncie o que el mandatario tome la decisión de sustituirlo. (De hecho ya es tiempo de hacer algunos cambios) No puede haber imprescindibles en el gobierno del PRM. (El cementerio Quinto Centenero, el de la Máximo Gómez, Puerta del Cielo y los demás “campos santos”, están llenos de imprescindibles)
Las relaciones familiares y de amistad no deben continuar primando en el gobierno a la hora de las designaciones, sino las políticas. La mayoría de los funcionarios han colocado en puestos claves, como relaciones públicas, recursos humanos, asistentes, etc., a personas allegadas, incluso del gobierno pasado, no a los militantes y dirigentes del partido.
Luís lo está haciendo bien, quiere seguir haciéndolo bien. Sus intenciones nadie las pone en dudas. Necesita que todos sus colaboradores también lo hagan bien, que tengan las mismas intenciones, los mismos propósitos. Pero siento que hay mucho protagonismo, y mucho individualismo. Y más de uno espera un resquicio para meter la mano, solo que tienen miedo porque saben que el presidente no lo tolerará; al que meta la mano se la corta en los tribunales.
Veo muchos ruidos en el gobierno, innecesarios la mayoría de las veces. La política de comunicación no existe. El gobierno no es una agencia de empleos ni de publicidad, es mucho más que eso. “Los gobiernos democráticos -dice un manual de estrategia de comunicación gubernamental- pueden fracasar o ser exitosos dependiendo de su capacidad de liderar, conducir y gerenciar procesos de fortalecimiento institucional y de comunicar efectivamente sus objetivos, políticas y acciones. Y agrega, “la calidad de la democracia depende de la calidad del liderazgo que la conduce”.
En materia de comunicación falta una estrategia diseñada por expertos para ser puesta en práctica por políticos convertidos en funcionarios, periodistas y comunicadores de manera coherente que pongan siempre los objetivos políticos del gobierno al frente. Hay que pensar y actuar siempre con sentido político.
Entiéndanlo, la comunicación de un gobierno no puede reducirse a propaganda y publicidad. Es más que eso, mucho más. Lo he dicho durante tres décadas por lo menos. El PRD hoy PRM nunca ha entendido el tema comunicacional. Mucho menos en esta época de internet, redes sociales, etc. (Siento que el gobierno se deja atrapar y amedrentar por las redes sociales de las que no tiene, ni tendrá, el control, no mientras la democracia le otorgue derecho a la extorsión, el chantaje, la mentira y la obscenidad a cualquier desaprensivo que quiera dañar la imagen del presidente y sus funcionarios)
No podemos decir que el presidente va bien, pero la mayoría de sus funcionarios no, si Luís va bien, sus funcionarios también tienen que ir bien, lo cual significa que el gobierno va bien y que el país también.
Por JUAN T H