De más está decir que no estoy en contra de cómo una institución gasta las partidas de publicidad y reconozco que la Alcaldía de Santo Domingo Este, el alcalde, posee las prerrogativas de colocar la publicidad allí donde crea que le es factible, por la razón que fuere.
Durante mucho tiempo, mi discusión con los colegas de la comunicación era que decían que el presupuesto había que dedicarlo a medios del municipio y yo les aseguraba que no, ni en este gobierno local, ni en otros, porque la publicidad debe ir allí a donde se crea, causa efecto.
Sin embargo, dicho esto, el que el alcalde de Santo Domingo Este priorice hacer “ricos” a los que trabajan del otro lado del río, rompe con una “tradición” nunca vista, aunque Santo Domingo Este tuvo dos alcaldes anteriores que esa cartera se atendía desde profesionales fuera de la institución, pero dejaban un segmento importante para el cada día más numeroso caudal de comunicadores y periodistas, medios, del lado acá.
El alcalde de Santo Domingo Este va gastando, día a día, grandes recursos en publicidad que, para colmo, se ha traducido más que en beneficio para su imagen en hundirlo, porque hoy, la publicidad debe ir acompañada por un buen producto y con una gestión tan sucia y perversa, es contraproducente hacer algún anuncio positivo porque contrasta con la realidad y el medio queda, justo desnudo, catalogado como adulón o peor, mercenario.
No olvido, en medio de la guerra de las mafias del negocio de la basura que hoy deambulan nuevamente en la ciudad, reclamé, como ignorante en ese momento de temas de mercadeo, al periodista Jonathan Liliano sobre el porqué no tenían campañas positivistas y me dijo: “mientras no se resuelva el tema de la basura en las calles, si decimos que vamos bien, es un bumerang”, hoy es claro, tenía razón.
Un municipio asqueroso, lleno de vertederos, de obstáculos, de improvisación y con movimientos evidentes de descuido, neotrujillismo, abuso contra el ciudadano y de todo parece moverlo la corrupción, por opaco, nada claro, nula fiscalización y mentiras reiteradas por el primer mandatario del municipio, no hay forma que lo que se gasta en publicidad no pueda ser destruido por un video “real” en las redes, difundido por el pueblo que es, en Santo Domingo Este, el doliente.
Hoy, cuando se revisa la lista de medios donde se ha colocado publicidad, se puede concluir que hay desde “tapabocas” a medios mercenarios conocidos hasta altas sumas de quienes posiblemente tercerizan recursos; el listado en sí, subido “por obligación” a Compras y Contrataciones, no aguantaría el mínimo análisis si se destapan los dueños de las entidades con nombres bonitos S.R.L que aparecen ahí, claro, sin generalizaciones, porque hasta hay que guardar un poco de apariencias.
El listado, nuevamente, sirve para acumular información para concluir que hay conglomerados de medios, otrora iconos del periodismo, que hoy, por montos importantes, participan en el caos y el desastre institucional a que la actual alcaldía ha sometido la ciudad, incluido los altos precios de servicios funerarios y los excesos neotrujillistas de su policía municipal, así como mil casos y denuncias que no se conocen en la prensa “beneficiada” por los montos y migajas de dinero, como vulgares prostitutas que callan las confesiones del macho pagador en una noche de gozo.
En el desprecio por el ciudadano no solo participan funcionarios de la alcaldía, sino que también, evidente, se suman otrora nombres “honorables”, hoy, solo pedigüeños que han vendido su opinión a una gestión a la cual le correrán cuando el dinero se acabe o cuando los escándalos sean tan evidentes que nombres como Najayo y La Victoria cundan en la mano extendida y sea preferible abandonar al proveedor que cobrar esos chelitos.
Por ahora, la complicidad de cierta prensa con todo lo maquiavélico y satánico que ocurre en el municipio lo acompaña el desprecio por la ciudadanía de acá, mientras esperan el pago de publicidad, aún jadeantes de silencio.
Ing. Fernando Buitrago
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