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Sexólogos confirman que el sexo entre los más jóvenes está dejando de ser una prioridad y aumentan las terapias

Altice

Por LUCÍA GONZÁLEZ

Ni Carlos ni Ana se acuerdan de la última vez que mantuvieron relaciones sexuales. Carlos tiene 27 años, uno más que Ana, llevan tres años viviendo juntos y, aunque su relación es sana y son felices, hace tiempo que no se da el momento de tener relaciones íntimas.

Cristina López, sexóloga, cuenta en una entrevista con RTVE.es que este caso no es único y que muchas personas llegan a su consulta con ese mismo problema: “Falta tiempo y sobra cansancio”.

Otros expertos coinciden con esa idea, es el caso de Vicent Bataller, sexólogo y presidente de la Asociación Sexología Sin Fronteras, quien afirma que “la inhibición del deseo sexual es bastante frecuente, pero cada vez en edades más tempranas”. Según su opinión, “eso tiene que ver, y mucho, con el hecho de que vamos corriendo todo el día, el estrés, la ansiedad y, fundamentalmente, la falta de dar prioridad a la sexualidad”.

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De hecho, algunos estudios demuestran que el sexo entre los más jóvenes está dejando de ser una prioridad y está pasando a un segundo plano. Constanza Bartolucci, sexóloga y miembro del Instituto Iberoamericano de Sexología, explica a RTVE.es que, efectivamente, en la actualidad “existe una priorización de otros distractores o responsabilidades”.

Entre ellos, la investigación de los estadounidenses Jean Twenge, Ryne Sherman y Brooke Wells quienes publicaron un artículo en la revista académica de sexología Archives of Sexual Behavior en el que demostraban que, de media, los jóvenes practicaban sexo nueve veces menos a finales de la década de 2010 que a finales de la de 1990.

En muchas ocasiones “responsabilidades como la carrera académica o el trabajo no dejan tiempo para la sexualidad”, pero en otras los jóvenes se decantan por otro tipo de distractores “con estímulos alternativos” que suponen menor esfuerzo que una relación íntima como puede ser “salir con amigos, ver una serie o ir a clases de cerámica”, detalla Bartolucci.

Insatisfacción sexual y falta de comunicación
Si tratamos las causas de falta de deseo en jóvenes como un puzzle y tratamos de encajar todas las piezas, los expertos coinciden en que una de las más importantes es la insatisfacción sexual.

Lo más común detrás de esa insatisfacción es la falta de comunicación con la pareja o el propio desconocimiento personal en el ámbito sexual. El primero es el caso de Inés, que cuenta en una entrevista a RTVE.es que al principio de su relación le costaba hablar con su pareja sobre lo que le gustaba. Inés tiene 22 años, hace dos que empezó su relación y explica que esa falta de comunicación acabó generando una falta de deseo sexual: “¿Para qué voy a tener relaciones íntimas con él si no me gusta ni me da placer?”, se preguntaba.

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“Esto es muy frecuente y, sobre todo, en mujeres jóvenes: si lo que yo necesito no se corresponde con lo que el otro me da, para qué lo quiero con todo el esfuerzo que supone a veces un encuentro sexual, o ya me lo hago yo”, explica la sexóloga Cristina López.

Detrás de esto está, según López, “el cambio social que está habiendo entre las mujeres que empiezan a darse cuenta de que su placer también es importante”. “Mi abuela no se planteaba si su placer era importante, era lo que había que hacer y de eso no se hablaba, pero ahora sí vemos que el placer de las mujeres es importante y si, por el motivo que sea, no se encuentra, se produce la falta de deseo”, explica.

Ligado al desconocimiento sexual también está el tabú del sexo. Si bien es cierto que el estigma se ha ido reduciendo, todavía queda mucho camino por recorrer en el ámbito de la sexualidad. Son muchas las parejas jóvenes que por pudor, incomodidad o falta de confianza no son capaces de hablar con sus parejas de sexo y “eso es un problema”, sentencia Vicent Bataller.

“Sigue existiendo un gran desconocimiento en el ámbito sexual, ¿cuántas parejas llevan juntas varios años y no conocen lo que le gusta al otro en el ámbito sexual?”, se pregunta Bataller.

Con 20 años, Javier reconoce en una entrevista a RTVE.es que ese es su caso: “Llevo un año y medio con mi pareja y nunca hemos hablado de lo que nos gusta o lo que no nos gusta en el ámbito sexual”.

Las falsas expectativas frente al sexo real
“Las expectativas siempre son cruciales en cuanto a nuestra satisfacción sexual y al deseo sexual”, explica la sexóloga Cristina López. Ella hace hincapié en que “nuestro deseo no es tan nuestro, es construido, si nos enseñan que esto nos tiene que gustar, pues efectivamente es lo que pensamos que nos tiene que gustar y lo que vamos a buscar”.

Por ello, las falsas expectativas son muy importantes. El principal foco detrás de ellas en las relaciones sexuales está, por antonomasia, el porno y así nos lo cuenta Vicent Bataller: “el porno es una de las causas fundamentales de la falta de deseo en jóvenes”, sentencia.

“Hace años que empecé a ver porno, a los 14 más o menos”, recuerda Javier, que las primeras veces que mantuvo relaciones sexuales se quedó desilusionado: “Tenía unas expectativas muy altas por lo que había visto y lo que yo viví no se parecía en nada”. Pero no se queda ahí, el joven cuenta que llegó a pensar que si eso era todo prefería masturbarse.

Hoy en día la sociedad está hipersexualizada y no solo el porno genera falsas expectativas en los jóvenes. “En libros, películas, series… nos bombardean todo el rato con una cantidad excesiva de relaciones sexuales”, explica la sexóloga Clara Hidalgo.

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Concuerda con ella Constanza Bartolucci, que incide en la importancia de “no demonizar la pornografía” recordando que, a pesar de que “el porno transmite ciertos estereotipos sexuales, también lo hacen otros elementos socioculturales como series o anuncios”.

En algunas series, cuyo público es mayoritariamente adolescente, “están todo el rato teniendo relaciones sexuales, todo el tiempo tienen ganas, siempre les apetece y todos sus problemas los arreglan con sexo”.

En este sentido, Hidalgo incide en que “no somos conscientes de lo peligroso que puede llegar a ser a nivel psicológico usar como ejemplo o como educación sexual estas escenas tan poco realistas”. “Si se acostumbra al cerebro y al deseo a excitarse todo el tiempo con escenas que no se ajustan para nada a la realidad, cuando se tiene sexo real aparecen problemas de falta de deseo”, explica.

Laura cuenta en una entrevista que acudió a la consulta de un sexólogo a sus 24 años por este problema: “Llegó un momento en el que no tenía deseo sexual porque estaba acostumbrada a excitarme con escenas que solo ocurren en las películas”.

El problema de Laura ocurre muy a menudo en consulta, cuentan los profesionales, “las relaciones sexuales son un mundo superamplio y se ha creado el concepto de que a todos nos tiene que gustar lo mismo y es importante explorar la sexualidad individual, descubrir qué le gusta y qué no”, matiza Hidalgo.

Importancia de la educación sexual
Para ser capaces de explorar plenamente la sexualidad individual sería necesario acabar con los tabús en torno al sexo. Es un ámbito en el que “falta mucho por hacer”, reconoce Bartolucci, que pone el énfasis en la educación.

La sexóloga Clara Hidalgo da cursos de educación sexual a adolescentes y reconoce que en muchas ocasiones llega al instituto y “muchos alumnos se tienen que ir porque sus padres no han autorizado a que esté escuchando en la charla”.

Existe una tendencia a “pensar que si se le da educación sexual a los niños de repente se van a volver locos y van a tener muchas relaciones sexuales y realmente porque yo vaya a hablarles de relaciones sexuales no van a hacer nada que no tuvieran ya pensado hacer, solo lo van a hacer con muchísima más información”, aclara.

De hecho, los expertos coinciden en que por falta de una educación sexual integral surge gran desconocimiento: “Muchos hombres todavía van al urólogo por problemas en el plano sexual, en lugar de al sexólogo o al psicólogo, y muchas mujeres al ginecólogo”, explica Bataller.

“No podemos desmerecer que efectivamente ha habido cambios, pero creo que es importante reconocer que queda mucho por hacer, desde una mirada integral, entendiendo todos los elementos que tiene la sexualidad”, incide Bartolucci, “con el objetivo de ofrecer a los jóvenes herramientas que les permitan tomar decisiones adecuadas y saludables en sus vidas sexuales”.

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