Franklin Rosa
En el mundo capitalista estamos acostumbrados a sufrir cada cierto tiempo una crisis económica de manera cíclica cada 8 a 10 años que se genera al estallar una burbuja en un sector de la economía desencadenando una recesión económica que afecta profundamente a toda la economía mundial con graves consecuencias para los pueblos. La clase media y los trabajadores lo pierden todo, su trabajo, su casa y su carro como sucedió en la crisis económica del 2008, los culpables de esta crisis fueron rescatados con los fondos públicos, los bancos, las automotrices y las corporaciones quebradas salieron blindadas y con mayor concentración de capitales.
Los economistas estaban esperando el estallido de la burbuja por la deuda mundial de los gobiernos, de las empresas y de los bancos centrales que están llenos de activos tóxicos y de bonos basuras.
Otros economistas esperaban la gran recesión económica por la guerra comercial entre EUA y China con imposiciones de aranceles y persiguiendo judicialmente las compañías tecnológicas Chinas como el caso Huawei.
Nadie en el mundo esperaba el estallido de la burbuja biológica del corona virus y la transformación en menos de tres meses en una pandemia de consecuencias colosales poniendo en cuarentena a las principales economía del mundo, rompiendo la cadena de suministro y prácticamente paralizando la economía mundial, la gran recesión esperada ha llegado.
A tres meses del estallido de la burbuja biológica estamos en medio del huracán batatero como se dice en el Cibao y se manifiestan la quiebra del turismo, empresas tecnológicas, las petroleras, los bancos, y la pérdida de la confianza en el dólar o dinero fíat, sin respaldo en oro, y en su dueño los EUA, máximo deudor del mundo. Esta situación presagia que esta recesión será más profunda y devastadora para los obreros y clase media; y de más duración que la recesión del 2008.
La pandemia China, a diferencia de la pandemia Española del año 1918 que se caracterizó por los 50 millones de muertos que dejo a su paso, se recordara por la gran destrucción del capital social, público – privado, en billones de dólares, con pocas muertes en los países del primer mundo porque tendrán los recursos para contener su avance como la acaba de hacer China y millones de personas pobres del tercer mundo que estarán expuestas a hacer víctimas de este mortal virus y es posible que se quede para siempre como una enfermedad endémica y estacional que solamente la vacuna podrá contrarrestar su presencia.
Lo colosal, destructiva y compleja de esta recesión mundial con un colapso del comercio, ruptura de la cadena de suministro, el derrumbe de todas las bolsas de valores y acciones de las grandes corporaciones, la compra masiva de China de la mayoría de las empresas extranjeras a precio de ganga, completa su blindaje a la fuga de capitales y empresas hacia los EUA como lo quiere Donald Trump.
En esta aldea global que representa el mundo de hoy están dados los factores geopolíticos para el surgimiento de un Nuevo Orden Mundial que limite la avaricia y el poder del 1% de la humanidad y ponga en alto y priorice lo social, es decir primero la gente, salud y educación gratis.