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Banco Popular

Por JUAN T H

Altice

Convencido que este es un país de estúpidos, borregos desmemoriados, Leonel Fernández, con una irresponsabilidad impropia para alguien que gobernó por más de 12 años, 20 en total, incluyendo los 8 de Danilo Medina, del cual fue compromisario tras invertir 40 mil millones de pesos del presupuesto nacional, 90 millones de raciones de alimentos, también del presupuesto nacional, más el petróleo de Venezuela que le suministró Hugo Chávez, que también debió pagar con dinero del presupuesto nacional.

Ha dicho -ese charlatán de feria-  que las actuales autoridades “no saben gobernar”, culpándolas de la inflación que en estos momentos sacude a prácticamente todo el mundo fruto de la guerra entre Rusia, Estados Unidos, Ucrania y la Unión Europea.

En Estados Unidos, gran productor de petróleo, la gasolina alcanzó un precio récord de 5 dólares el barril, el mayor de los últimos 40 años. No hay en esa poderosa nación un producto que no haya subido de precio de manera alarmante. Lo mismo sucede en toda Europa. En España la inflación supera el 9%, en Alemania el 8%, en el Reino Unido el 9%. Y así sucesivamente… La inflación -amigos- es mundial. Significa, de acuerdo con la apreciación de Leonel, que nadie en el planeta sabe gobernar.

Organismos Internacionales como Naciones Unidas prevén una hambruna en todo el mundo como consecuencia de la guerra que ha disparado los precios de las materias primas, el transporte, los combustibles, etc. Y dice el lumpen “intelectual” de Leonel Fernández que se debe a la incapacidad de Luís Abinader. ¡Barbarazo!

De acuerdo a los  informes “la inflación regional, que sigue la tendencia mundial, pasará de 6.6% en el 2021, a 81% en el 2022. La pobreza aumentaría de 29.8% 33.7% en 2022 y la pobreza extrema se incrementaría de 10.4% en 2018 a 14.9 este año”. Se prevé que la inflación más alta de América Latina y del mundo será la de Venezuela con un 500%, aunque parece será menor por la recuperación económica milagrosa.

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La inflación acumulada de la República Dominicana no ha sido de las  más altas de América Latina y el Caribe, por el contrario, es de las más bajas debido a las medidas preventivas que ha adoptado el gobierno de Luís Abinader subsidiando los precios de los combustibles y la canasta básica familiar a través de planes sociales muy concretos que van a los sectores más vulnerables.

Gracias a esas medidas el suministro de alimentos está garantizado. No hay desabastecimiento de alimentos. La economía se ha recuperado, 12.5%  el año pasado, uno de los mayores en todo el mundo. Para este año el Banco Mundial pronostica  un crecimiento de 5.3%, el mayor de la región. Se recuperaron los empleos, el turismo salió de su letargo, las empresas de zonas francas por igual. Se prevé una inversión extranjera superior a los 8 mil millones de dólares. Todos esos datos irrebatibles nos hablan de un presidente que sabe gobernar, que lo ha hecho magníficamente bien en medio de la pandemia, la crisis económica y de la guerra. Solo la mezquindad, la envidia y la pobreza espiritual de sujetos como Leonel Fernández no lo quieren reconocer.

Las cosas se toman de quien las dice; ofende quien puede, no quien quiere, Leonel Fernández, con un ego que no cabe en la isla, aupado por una supuesta intelectualidad que el doctor Balaguer siempre puso en duda al decir que “una cosa es haber leído algunos o muchos libros y otra cosa es ser intelectual”, miente o falsea la verdad, creyendo, como cree, que este es un pueblo de analfabetos, incapaz de “conceptualizar”.

Leonel Fernández  descuartizó el país y lo convirtió en u n paraiso para evasores, desfalcadores de los bienes públicos, permitiendo los más escandalosos casos de corrupción. El país lo vendió, lo regaló, lo vandalizó: vendió las empresas del Estado, (Corporación Dominicana de Empresas Estatales) incluyendo el Consejo Estatal del Azular que tantas riquezas y empleos producía; quebró los productores agrícolas incentivando las importaciones de alimentos, firmó el contrato 97-3 a favor de la Barrick Gold en perjuicio del Estado. Fue el presidente que prefirió “pagar para no matar” a través del PEME que manejó discrecionalmente más de mil 400 millones de pesos, el que autorizó el contrato de 30 millones de dólares de la Sun-Land, (el “crespón negro” de la Suprema Corte de Justicia de Subero Isa), el que regaló las empresas eléctricas del Estado, el de los Súper Tucanos y los 3.5 millones de dólares en sobornos, el de Odebrecht junto con Danilo y los 92 millones de dólares en sobornos, el que diseñó un sistema de justicia para la corrupción y la impunidad designando Procuradores miembros de su entorno político y familiar, el creador de muchos Félix Bautista, el que hizo la Fundación Global, Democracia y Desarrollo –“el cuerpo del delito”, como dice Guillermo Moreno- con dinero “aportado” por empresarios, suplidores y contratistas del Estado siendo presidente de la República, el que vive como un príncipe viajando por todo el mundo gracias a la caridad de los amigos, como algo “mágico” , ese  señor es quien, como el que defeca y no lo siente,  dice que Luís Abinader, que llegó rico al poder, que dona su salario, más de ocho millones de pesos en lo que va de gestión, el que está combatiendo la corrupción, el que se maneja con transparencia, el que ha racionalizado el gasto público para evitar la francachela y el despilfarro de los gobiernos del PLD, “no sabe gobernar”.

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Luís Abinader sabe gobernar, lo que no sabe es robar, ni permitir que otros roben.

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