“Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”. Simón Bolívar
JUAN T H
Nuevamente la Organización de Estados Americanos (OEA) sirve a los mandatos de Estados Unidos para determinar la legitimidad o ilegitimidad de un gobierno.
Los golpes de Estados han pasado de violentos, con miles de presos, torturados, exilados, desaparecidos y asesinados brutalmente, a “constitucionales”, como en Brasil.
Los latinoamericanos parece no aprendemos la lección, pues el método o guion es el mismo por más de 50 años: inestabilidad económica, desabastecimiento de alimentos y medicamentos, acompañado de protestas callejeras cada vez más cruentas creando un clima de ingobernabilidad con la complicidad de los medios de comunicación y de incautos que tienen cuentas en las “redes sociales”.
Ese plan es financiado por Estados Unidos con la participación protagónica de la Central de Inteligencia (CIA) y grupos paramilitares, termina con un golpe de Estado, constitucionalizado o cívico-militar, es decir, pacifico o violento. (O ambas cosas a la vez)
Ese fenómeno lo hemos visto en nuestro país durante el gobierno del profesor Juan Bosch en 1963 que terminó en una revolución provocando la segunda intervención militar estadounidense con el beneplácito de la OEA; también lo vimos Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina, Panamá, Nicaragua, Haití, Ecuador, Brasil, Granada, Cuba, Colombia, Venezuela, México, entre otros.
(Es inadmisible –imperdonable- que la República Dominicana y hasta partidos de oposición respalden la intervención de un país en otro, en especial Venezuela que ha sido un aliado histórico de los dominicanos)
Un gobierno es legítimo si representa los intereses de las oligarquías y del Coloso del Norte. De lo contrario es ilegítimo y debe ser derrocado. La “doctrina Monroe”, “América para los americanos”, no ha desaparecido. En verdad quiso decir “América para los estadounidenses”) Somos su “traspatio”. Solo Cuba, a 90 millas de sus costas, ha podido sobrevivir por más de 60 años a pesar de su ahogamiento económico, los sabotajes, asesinatos, etc.
¿Cuándo un presidente es legítimo o ilegitimo? ¿Quién lo determina? ¿Estados Unidos?
¿Es Donald Trump un presidente legítimo? Veamos: Estados Unidos tiene más de 320 millones de habitantes. Trump apenas logró poco más de 62 millones de votos. ¿Eso lo convierte en mandatario legítimo? Hillary Clinton, su contrincante en las elecciones obtuvo casi tres millones de votos por encima, 65 millones. ¿Qué democracia es esa, dónde el que gana pierde? ¿No que la minoría se subordina a la mayoría? ¿Acaso la democracia no es del pueblo y para el pueblo? El sistema electoral estadounidenses es a todas luces antidemocrático. Voy más lejos: En Estados Unidos los ciudadanos están convencidos, después de haber leído y visto todas las pruebas de que Rusia intervino en las elecciones para que Trump “ganara” y perdiera Clinton que tenía una posición política muy radical en contra de la ex Unión Soviética.
Me pregunto, ¿cómo puede ser “legítimo” un presidente en esas circunstancias? Creo, al margen de cualquier consideración de carácter ideológico y de cualquier crítica -yo las tengo- que Nicolás Maduro es más legítimo que Trump. La señora Hillary Clinton tiene más razones para autoproclamarse presidenta de Estados Unidos que Guailó de Venezuela. Por Hillary votaron 65 millones de personas, por el lacayo venezolano ni una sola.
La democracia participativa está en crisis. La abstención electoral es cada vez mayor en la mayoría de los países, principalmente en la desarrollada Europa, por lo tanto, los gobiernos que surgen con una votación del 30 o el 35% no son legítimos porque la mayoría de los ciudadanos no los eligieron.
PD: No sé cómo a Hipólito Mejía no se le ocurrió autoproclamarse presidente de la República en el 2008 cuando el PLD creo un déficit de 200 mil millones de pesos para robarle las elecciones, ni como en el 2016 no lo hizo Luis Abinader, pues todas las organizaciones, incluyendo la OEA y Participación Ciudadana dijeron que hubo fraude.