La crisis del coronavirus deja cientos de interrogantes ¿Cómo afectará a la salud de las empresas y al empleo? ¿Cuánto tardará en recuperarse la economía? ¿Qué será necesario para reactivar la demanda turística? ¿De qué modo esta pandemia modificará los comportamientos de viaje? ¿Qué cicatrices está dejando esta crisis en las relaciones empresariales? ¿El mundo será el mismo? Estas y otras más son las preguntas que tanto los Empresarios, Agentes de Viajes, Operadores Turístico, entre otros más se hacen por la actual lucha de la supervivencia en la que estamos viviendo.
El coronavirus es la mayor crisis del turismo que el sector ha afrontado en este último tiempo nunca visto y es que nunca la industria turística había vivido una crisis sin precedentes y más a raíz de una pandemia por un virus el cual ha paralizado casi por completo los viajes en todo el mundo.
La consultora Oliver Wyman considera que si el brote de coronavirus dura entre tres y cuatro meses, la recuperación de la economía global podría llegar en el cuarto trimestre del año, ya que si el virus resulta ser estacional se recuperaría rápidamente la confianza de los consumidores y las empresas podrían volver a la normalidad en uno o dos trimestres. Esto sucedería en el mejor escenario posible.
Pero hay otros escenarios. En el caso de que se tarde entre seis y doce meses en frenar la epidemia, los sectores más vulnerables experimentarían una caída continuada de la demanda, en la medida en que la confianza de los consumidores caería en el tercer y cuarto trimestre de 2020. En cualquier caso, la industria turística ha sido uno de los primeros sectores económicos que ha sufrido el impacto del coronavirus.
De hecho, la pandemia provoca que las empresas, tanto grandes como pequeñas, “se vean obligadas a romper sus planes a tres años y a centrarse en una lucha a tres meses por la supervivencia.
Por otra parte, incluso en un escenario favorable donde la demanda turística pudiera comenzar a reactivarse este próximo verano, la pandemia habrá modificado el comportamiento de los viajeros, según apuntan varios estudios.
Por ejemplo, un 35% de los dominicanos consideran probable que el coronavirus afectará a sus viajes de verano, según una encuesta realizada de este colectivo, el 11% prevé viajar sin salir de su comunidad autónoma; el 37% se movería por otras regiones de del país; el 14% cree que viajará por RD y solo el 11% estima que viajará fuera de RD.
La crisis del coronavirus también ha enfrentado a agencias de viajes con aerolíneas a raíz de los miles de vuelos que se han cancelado. En este caso los pasajeros tienen derecho al reembolso, pero en lugar de ello las compañías aéreas están ofreciendo bonos, dejando a las agencias en una situación de vulnerabilidad frente al cliente debido a la Directiva de Viajes Combinados.
Totalmente dejando unas relaciones enturbiadas
“Cuando las aerolíneas están pidiendo urgentemente que les dejen hacer bonos o vouchers no lo están diciendo porque sí, sino porque no tienen liquidez para devolverlo todo. ¿Si ellas no lo hacen lo vamos a tener que hacer las agencias, que ya dimos ese dinero a las aerolíneas?”, apunta César Gutiérrez, presidente de la Federación de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (FETAVE).
De hecho, las aerolíneas fueron las primeras empresas en sufrir las drásticas caídas de demanda, restricciones operativas y paralización de actividades, entre el miedo al contagio de los pasajeros y las estrategias de contención del virus de los gobiernos. Solo las 30 principales aerolíneas tienen suficiente liquidez para sobrevivir a una retracción tan prolongada de la demanda. El 75% de la industria aérea tiene menos de tres meses de capital para cubrir sus costes.
Por otra parte, pretender que esta pandemia dejará, al menos, algunas buenas prácticas en la industria aérea quizás sea mucho pedir. Solo hay que ver las “lecciones aprendidas” de anteriores epidemias como el Ébola y el SARS entre otras.
Desde el punto de vista de los destinos, esta crisis también marcará un antes y un después, siempre que se sepan extraer lecciones. La solución médica y científica de este virus facilitará la vuelta a la normalidad, pero la mayoría de los países se habrá visto cuestionado por la falta de respuestas integrales de tipo interno y externo. Entonces donde está la seguridad Turística.
Por ello, Garmendía propone “el desarrollo de políticas transversales entre diferentes, agentes turísticos y no turísticos, públicos y privados, en base a la seguridad de los países y destinos. El eje central de estas políticas ha de ir unido a la salud de las personas”. Además, para el desarrollo de una seguridad turística integral se necesitará dotar al sector “de un mayor conocimiento, preparación y conexiones estratégicas”.
¿Pero cómo obtener ese conocimiento? En opinión de Antonio López de Ávila, CEO de Tourism Data Driven Solutions (TDDS) y presidente de Turisfera, Clúster de Innovación Turística de Canarias, “es el momento de que las empresas y destinos se preparen internamente e implementen de manera real la toma de decisiones basada en datos concretos, válidos y de múltiples fuentes de información”.Con esta estrategia como base, este experto sugiere cuatro marcos de actuación dentro de las iniciativas de empresa:
1.- La Responsabilidad Social Corporativa (RSC)
2.- Los datos también deben utilizarse para la reconstrucción del sector, dice López de Ávila, “actuando unidos sobre bases o planes que lo vuelvan más resiliente”.
3.- “Hoy más que nunca el sector y los destinos tienen que usar inteligencia de mercado.
4.- Finalmente López de Ávila ha recomendado “campañas de comunicación conjuntas a nivel nacional e internacional, coordinadas por destinos y basadas en datos.
Por Elis Peralta