El coronavirus ha golpeado duramente en Estados Unidos, con aproximadamente un millón de fallecidos como consecuencia de la enfermedad. La pandemia ha sido devastadora en el país, pero hay otra mucho más silenciosa que también ha avanzado en estos últimos años. Se trata de las muertes por sobredosis.
os datos que acaban de publicar los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades revelan el gravísimo problema que tiene el país presidido por Joe Biden en lo que se refiere a la adicción a las drogas.
En 2021 fallecieron por sobredosis de fentanilo y metanfetamina un total de 108.000 personas. Esta cifra, que así en frío puede no dar cuenta de la magnitud, significa que muere por drogas una persona cada cinco minutos y que cada día pierden la vida casi 296 personas de media.
Si 2020 significó un aumento catastrófico del 30% en este tema, en 2021 la situación ha empeorado, subiendo un 15% adicional el número de víctimas por sobredosis. Los registros revelan, además, que desde los años 70 las muertes han experimentado un crecimiento todos los años a excepción del 2018.
Una parte cada vez mayor de los fallecimientos (71.000 en 2021) vienen de los opioides sintéticos, como es el caso del fentanilo. Un problema grave con esta droga es que es muy fuerte y tiene distintas formulaciones, lo que hace que una pequeña disparidad en la cantidad consumida pueda resultar mortal.
Javier Taeñojue, 12 de mayo de 2022, 8:56 a. m.
El coronavirus ha golpeado duramente en Estados Unidos, con aproximadamente un millón de fallecidos como consecuencia de la enfermedad. La pandemia ha sido devastadora en el país, pero hay otra mucho más silenciosa que también ha avanzado en estos últimos años. Se trata de las muertes por sobredosis.
Los datos que acaban de publicar los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades revelan el gravísimo problema que tiene el país presidido por Joe Biden en lo que se refiere a la adicción a las drogas.
En 2021 fallecieron por sobredosis de fentanilo y metanfetamina un total de 108.000 personas. Esta cifra, que así en frío puede no dar cuenta de la magnitud, significa que muere por drogas una persona cada cinco minutos y que cada día pierden la vida casi 296 personas de media.
Si 2020 significó un aumento catastrófico del 30% en este tema, en 2021 la situación ha empeorado, subiendo un 15% adicional el número de víctimas por sobredosis. Los registros revelan, además, que desde los años 70 las muertes han experimentado un crecimiento todos los años a excepción del 2018.
Una parte cada vez mayor de los fallecimientos (71.000 en 2021) vienen de los opioides sintéticos, como es el caso del fentanilo. Un problema grave con esta droga es que es muy fuerte y tiene distintas formulaciones, lo que hace que una pequeña disparidad en la cantidad consumida pueda resultar mortal.
En el caso de estimulantes, como la metanfetamina, las muertes por sobredosis también han crecido (33.000 víctimas) y las autoridades están observando que es una práctica cada vez más común la de mezclar los opioides con estimulantes, tal y como cuenta el New York Times.
En este punto, cabe señalar que las sobredosis hace mucho tiempo que superaron el pico de muertes del país en materias como sida, accidentes de tráfico o armas de fuego. De hecho, las estimaciones apuntan a que en 2021, solo hubo cuatro veces más muertes por covid que por las drogas.
Los expertos señalan que las causas del continuo aumento de las muertes son complejas, pero lógicamente, la pandemia de coronavirus ha jugado su papel y debe ser tenido en cuenta.
El aislamiento social junto a factores como la inseguridad económica han provocado recaídas en el consumo de sustancias. Los confinamientos del 2020 también provocaron que los centros que tratan las adicciones se vieran obligados a cerrar sus puertas temporalmente.
Todas estas circunstancias han afectado, pero no son las únicas. Y es que conviene recordar que los estudios se remontan a hace más de 40 años y que la tendencia siempre ha sido al alza, por lo que hay otros factores que también empujan.
La Administración Biden está optando por una estrategia diferente a la tradicional en cuestión de drogas. En lugar de promover la abstinencia, está apostando por el control de daños. Esto es, la reducción de las muertes ofreciendo equipos estériles, como agujas, o herramientas que verifiquen la presencia del fentanilo en medicamentos. De esta manera, se han conseguido algunos progresos, aunque todavía queda mucho trabajo por delante.
Por Javier Taeño
