El monólogo es un noble ejercicio narrativo impugnando el sello impecable de una actriz que se negó a estacionarse en la vitrina de la belleza mediática para ser artista
José Rafael Sosa
El monólogo teatral es, sin dudas, el género actoral más desafiante. Para el actor o actriz, es el proyecto que más demanda porque implica la exigencia que impone a un talento desarrollar en solitario el hecho escénico de principio a fin, teniendo que apelar a todas sus posibilidades expresivas.
La novela, que logró mención honorífica en el III Concurso Iberoamericano de Cuento y Novela 2023, en el cual fueron presentadas 604 propuestas de 18 países, entre la cuales “CIC, el suplantador”, del escritor cubano/venezolano José Terradas, resultó ganadora en la categoría de novela y en cuento se eligieron 10 narraciones. El periodista y crítico literario Javier Aranda Luna fue el presidente del jurado, destacando la diversidad de temas enviados.
La calidad de la narración de Priscila Velázquez Rivera, que logra una novela multitonal, engarzando , a partir de un hecho brutal, sangriento y con amplias justificaciones para haberse perpetrado, cinco historias, cinco personajes, cinco climas dramáticos distintos a cargo de cinco mujeres distintas en su procedencia (china, española, cubana y un ¿dominicana?) entonando lo que finalmente es canto a la libertad, estallido contra la abulia conyugal matizada por la ausencia de compromiso masculino respecto de la responsabilidad de la vida en común y una proclama que pide vivir plenamente, lo cual se logra al exponer, cómo el pintor de diestra mano sobre el pincel, los trazos sobre el lienzo, dibujando en detalles de alta dimensión cromática.
La pieza gira en torno a la paralización del tiempo, la congelación de la hora indicada, las acciones desarrolladas a partir de decisiones en torno a las cuales no hubo vuelta atrás.
Actuación
Para desembarcar estadíos desesperantes en escenario, se seleccionó Hony Estrella, quien exhibe un desempeño histriónico a la altura de un texto dramático de este nivel.
La protagonista de Luz Rabiosa enfrenta retos con sus transiciones de proyectar de la historia desde el personaje principal en primera persona, a ser una carcelera opresiva y masculinizada. Su concierto de expresiones físicas le da a su gestualidad presencia respetable en escena y sentido de unidad como hilo conductor de sus personajes
Ella desarrolla los arcos dramáticos y se hace múltiple en variedad de cuadros. Se apropia de los acentos nacionales de sus personajes y lo hace con verosimilitud. Es una señora de la escena que con este proyecto que le ratifica su marca, vista anteriormente en otros proyectos de teatro del “no divertimento”.
Los recursos técnicos
Luz Rabiosa expresa el buen uso, en general, de los recursos técnicos, en especial el diseño de la iluminación que dividió en varias zonas para las perseguidoras, la proyección horizontal cruzando el escenario, y la perpendicular que transmite la sensación de una demarcación especial. Un acierto.
La banda sonora contribuye al conjunto de acciones por su limpieza y aporte al resultado final.
La proyección de imágenes digitales en la pantalla apoya la ideografía propuesta en torno a los órganos de los sentidos, pero la percibimos innecesariamente sobreabundante y empleando imágenes muy conocidas en internet. Haber creado diseños de lenguas, oídos y narices, entendemos que habría contribuido mucho mejor. Además fue un recurso muy usado. La sugerencia de esos símbolos del cuerpo debió ser mejor administrada, con imágenes originales y de menor presencia.
La danza española
Un recurso danzario exquisito fue la danza interpretada por Chantal Soler, quien ofreció una magistral expresión del cuerpo en función de la música. Fue un instante de éxtasis estético, para el gusto de algunos, un poco extenso, pero quien se “mete” en la interpretación, no lo fue.
Es un monólogo digno de ser visto más de una vez. Una pena que haya sido una función especial.