Washington, D.C. – Este martes, Estados Unidos se encuentra en una de las jornadas electorales más inciertas de su historia reciente, mientras millones de votantes acuden a las urnas para decidir entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. La falta de un claro favorito ha intensificado la expectación en una elección que puede definir el rumbo del país y cuyo resultado podría no conocerse de inmediato, ya que se anticipa un prolongado escrutinio en algunos estados.
Trump y Harris concluyeron sus campañas con estados de ánimo marcadamente distintos. Mientras Trump, visiblemente agotado, advertía sobre una “crisis nacional” bajo las políticas demócratas, Harris apostaba por un mensaje de unidad y esperanza, enfocando su discurso en la necesidad de reconstruir el país. En una parada tras otra, los candidatos presentaron visiones opuestas: Trump, en Carolina del Norte y Pensilvania, alertó sobre los peligros de la inmigración descontrolada y la “amenaza” de un gobierno demócrata, mientras que Harris, en Pensilvania, destacó la importancia de restablecer derechos como el acceso al aborto y fortalecer la economía para todos los estadounidenses.
Ambos candidatos hicieron un esfuerzo final por ganar el voto latino. Trump, acompañado en Pittsburgh por Roberto Clemente Jr., buscó conectar con la comunidad hispana pese a la controversia generada semanas atrás en un mitin en Nueva York, donde un comediante aliado suyo hizo comentarios despectivos sobre Puerto Rico. Harris, por su parte, contó con el apoyo del rapero puertorriqueño Fat Joe en Allentown, quien hizo un llamado apasionado a los latinos a votar en esta elección crucial.
Con el foco en los 19 votos electorales de Pensilvania, los candidatos dejaron claro que este estado será clave en el desenlace de la contienda. Trump, que busca ser el primer presidente en más de un siglo en regresar al poder después de una derrota, cerró su día en Michigan, a medianoche, en uno de sus mítines más concurridos. Harris, que podría hacer historia como la primera mujer presidenta de EE.UU., también cerró en alto su campaña, recordando a sus seguidores la importancia de un “nuevo comienzo” para el país.
Mientras ambos candidatos aguardan el veredicto final, los estadounidenses se enfrentan a una decisión que marca no solo el rumbo de los próximos cuatro años, sino también el papel de la nación en el escenario global. Con discursos marcadamente diferentes, Trump y Harris representan dos caminos opuestos para el futuro de Estados Unidos, dejando en manos de los votantes el desenlace de esta trascendental jornada.