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JUAN T H

Altice

Ante cualquier escándalo, de la naturaleza que sea, las instituciones del Estado crean una comisión que  investigación los hechos “hasta las últimas consecuencias”, “caiga quien caiga”, porque en este país “no hay  vacas sagradas”, ni “privilegios”.

Frases vacías, huecas, que se pierden con el tiempo sin que nunca se llegue “hasta las últimas consecuencias”, sin que jamás caiga una “vacas sagradas” porque están protegidas más que en La India.

Hay crímenes y delitos que no serán aclarados mientras el PLD esté en el poder. Elemental: Nadie se investiga a sí mismo; nadie se enjuicia a sí mismo ni se condena; nadie va a la cárcel, bota la llave y se encierra por 30 años.

¿Quién investigará la fortuna de los principales dirigentes del partido oficial que entraron al gobierno sin ningún o con poco patrimonio, y hoy, tras su paso por el Estado son tan ricos como los más ricos del país durante 200 años?

Cuando llegaron al gobierno en 1996 fue como si se sacaron la lotería. La acumulación original de capitales no se hizo esperar. Los humildes militantes y dirigentes del PLD mutaron. El cambio era notorio. Una metamorfosis se produjo en todos. Se mudaron de los barrios donde residían, cambiaron las esposas o buscaron amantes “caras”, el clóset creció con trajes finos y elegantes; dejaron de “andar a pie” y las jeepetas negras,  de 8 cilindros, se hicieron famosas. Ninguno de sus hijos  ha estudiado en la UASD porque es de pobres. Van a las más caras tanto del país como del extranjero, con becas y  cinco o siete mil dólares mensuales en una cuenta.

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No resolvieron, ni resolverán los problemas fundamentales del país, pero sí resolvieron sus problemas personales. La política los convirtió en grandes señores. Acompañé a un “nuevo rico” de la política. Cuando pasaba por el barrio o ensanche donde residía cuando no era nadie, subió el vidrio para que ningún mendigo o compañerito lo reconociera y se le acerque para pedirle una limosna o un  empleo.

Como están las cosas en el PLD y en el país –la gente está harta –  es probable que se produzca un cambio de gobierno el año próximo. De ser así espero que termine la impunidad, que el que la hizo, la pague, no importa quién sea o haya sido.

Pierdo el tiempo pidiendo que se investigue la fortuna dejada por un connotado dirigente del PLD y ex izquierdista de renombre cuyos hijos no hay podido realizar la repartición de bienes porque son tantos que están sorprendidos. No sabían que era tanto. Se quedaron con la boca abierta preguntándose de dónde tanta plata.

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Tampoco le pido a la DGII que lo haga, incluso en el caso del señor Bengoa, que no ha muerto y ya los parientes se disputan la herencia, que según me dice no la salta un chivo.

¿Tendremos que esperar que los dirigentes del PLD mueran para saber a cuánto ascienden sus fortunas? ¿Esperar el pleito de perros de los hijos y las viudas para saber cuántos miles  de millones de pesos y dólares robados tenían? Esa es una de la razón por la que muchos están aferrados al poder. No crea que es por patriotismo o por servirle al pueblo. ¡No lo crean jamás!

Todo parece indicar que habrá que esperar por lo menos dos años. Ojalá el próximo presidente de la República, por supuesto no puede ser del PLD por aquello de que los bomberos no se pisan la manguera, sea honrado, decente, que no nos venga con otro desvergonzado y cómplice borrón y cuenta nueva. ¡Sería inaceptable!

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