El Mirador
Leí una información en la cual un destacado periodista, que también es poeta, revela la preocupación que tiene un amplio sector del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que postula como su candidato presidencial a Luis Abinader, por el hecho de que el aspirante a la Presidencia de la República encontrará un país lleno de deudas, si gana las elecciones del 5 de Julio.
Eso, según esos sectores del PRM, podría afectar el desarrollo del inicio de gobierno de Luis, aunque de entrada podemos decir que el caso es más grave de lo que informó mi compañero, porque lo que está sucediendo, que suponga llena de amarguras a los perremeístas, es que los días anteriores a las elecciones están determinando que Gonzalo Castillo podría ganar en primera vuelta.
Si el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está en la mayoría del país como lo está en la Provincia Santiago, con unos candidatos a legisladores avasallantes, con el apoyo de un excelente liderazgo político, entonces hay que pedirles a los candidatos que tengan sus trajes hechos, para juramentarse juntos al sustituto del Presidente Danilo Medina, Gonzalo Castillo.
Sólo un hombre práctico, como Gonzalo Castillo, debe sustituir al Presidente Medina, un hombre que parece fue iluminado por Dios, cuando inició la campaña de sembrar los campos de plátano, yuca, batata, maíz, arroz, carne, huevos, yautía, leche y demás productos que tradicionalmente consumen los dominicanos, como los que llegan, para hoy, con coronavirus, como lo está el mundo, tener una nación que le sobra alimentos, mientras la mayoría de países afectados por la misma enfermedad, tiene grandes déficits de comida.
A eso hay que agregarle el apoyo a los sectores industriales, como el poderoso sector de Zona Franca, el incentivo a las exportaciones, al comercio, a la vivienda u otros que hacen de este país una maravilla en el Caribe.
A eso hay que agregarle el 4% a la educación, que revolucionó al sistema educativo, la modernización o equipamientos de los hospitales, el sector vial, que le correspondió a Gonzalo Castillo convertirse en uno de los más modernos de América Latina, la energía eléctrica con la construcción de modernas plantas generadoras, como Punta Catalina, o el sector agua, con nuevas grandes presas, para sólo citar algunas de las obras que llevaron al país a tener un crecimiento del 5% del Producto Interno Bruto (PBI)).
Les solicito a mis lectores que están apoyando a Luis Abinader, que antes de exponer sus ideas contrarias, analicen los datos que les estamos dando y los que siguen.
Normalmente, en el país más del 40 por ciento de los electores se abstiene de votar en las diferentes elecciones, por una u otra razón. En el país hay registrados seis millones 934 mil 53 votantes. Supongamos que aún con la crisis del coronavirus vote la mitad y las elecciones se pueden ganan con la mitad más un voto de los asistentes.
Pero de los programas sociales del gobierno del Presidente Danilo Medina, entre los cuales están el Bonogas, la Tarjeta Solidaridad, que tiene el Seguro Médico, Comer es primero, Quédate en casa y otros, se favorecen más de tres millones de personas.
Como los programas sociales del gobierno son para todos los dominicanos, pero que no se puede negar que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hizo y hace su trabajo para favorecer a militantes suyos, no hay duda de que dentro de ese conglomerado hay más de dos millones que prefieren favorecer a Gonzalo Castillo, para seguir disfrutando de esos servicios, que hacerlo por Luis Abinader, que estarían votando en contra de sus beneficios.
Luego entran los votos de la mayoría de los empleados del Estado, que son peledeístas, las clases alta, media y baja. Sólo el programa Quédate en casa, tiene más de un millón de favorecidos.
Leonel, el candidato de la Fuerza del Pueblo, también tiene seguidores de los que se benefician de esos programas, pero cuando éstos analicen la situación, la mayoría de esos votos girarán para el lado de Gonzalo Castillo. El que tiene el Seguro Médico, para sólo citar uno de esos beneficios, en estos tiempos de pandemia, está acompañado por la suerte.
Con los compromisos contraídos por el PRM, de ganar éste las elecciones, al segundo mes de su victoria habría desaparecido más de la mitad de los afiliados a esos programas. De hecho, serán sustituidos por perremeístas de los que están fuera del gobierno.
Al conglomerado ya citado, no hay ninguna duda que se le van a sumar los padres de los estudiantes agradecidos con el Programa Tanda Extendida, los cuales están más definidos con Gonzalo que con Abinader.
Las preocupaciones en el PRM son muchas, porque será difícil ganarle las elecciones a Gonzalo Castillo, con el apoyo del gobierno de Medina, que solamente no es bueno para el desarrollo de los programas oficiales actuales, sino por ser el mejor de todos los tiempos en materia de política de inversiones públicas y privadas, incluyendo su respaldo a los emprendedores.
Muchos se preguntan: “Para qué cambiar el éxito”. Con la pandemia del COVID-19, el país tiene asegurada su alimentación, porque el gobierno trabajó para producir para todos los dominicanos y extranjeros, como los turistas o los llegaron para quedarse en el país.
El PLD es la organización política con la mayor cantidad de jóvenes votantes. La mejoría que hoy presentan los servicios públicos a nivel general, la confianza internacional a la labor del gobierno, el desprendimiento de sus intereses del candidato presidencial Gonzalo Castillo, quien se echó arriba parte de los gastos de protección ciudadana contra en coronavirus, y otras obras sociales, serán elementales para el triunfo morado en primera vuelta.
Gonzalo inspira confianza en la ciudadanía. Es un candidato que habla con los hechos y eso es lo que quiere la gente.
A eso hay que agregarle el estilo equivocado de hacer política del candidato presidencial del PRM, que parece le tiene mucho miedo a vincularse con los más necesitados en estos tiempos de coronavirus, a diferencia de lo que hace Gonzalo Castillo, que permanece visitando diferentes comunidades para hacer el bien.
A esa debilidad de hacer política, la última amenaza de Luis Abinader, de que desde que gane las elecciones, es lo que piensa él, designará un fiscal especial para encarcelar a los corruptos del gobierno actual y de los anteriores, advirtiendo que descarta cualquier alianza con el candidato presidencial de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, o con el senador Amable Aristy Castro, si ese tipo de acuerdo conlleva negociar la impunidad.
O sea, está decidido a acabar con el liderazgo que le queda a Leonel, enviándolo a la Cárcel de Najayo.!Con o sin prueba!
Al ex Presidente Leonel Fernández, por ejemplo, nadie puede atribuirle un caso comprobado de corrupción. Antes, el PRM promovía las sentencias populares condenando a Leonel en cada comunidad, usando al movimiento partidista Marcha Verde, pero ahora cambió la estrategia, en virtud de que sus voceros están publicando informaciones de que los peledeístas se dividirán, bajo el alegato de que unos apoyarán al ex Presidente y otros a Gonzalo. ¡Es una buena fórmula para tratar de confundir!
Los leonelistas serían más que estúpidos si con esa amenaza votaran, si se originara una segunda vuelta, a favor de Abinader, con cuya acción, con Leonel en prisión, terminaría el liderazgo de un gobernante, que apoyado por el PLD, desarrolló parte de la transformación del Distrito Nacional o el Gran Santo Domingo, aunque jamás su labor podrá ser comparada con la gigantesca obra de Danilo Medina.
Hoy, si analizamos bien la situación del país, no sabemos mañana, la victoria está al lado de Gonzalo Castillo. Tenemos que admitir que si Luis ganara las elecciones, no sólo estaría acabando con el liderazgo de Leonel, sino con el de Hipólito Mejía, ex Presidente de la República. El éxito para que el sector de Hipólito Mejía gane, está en la derrota de Luis Abinader.
Es que Mejía también es víctima del sector de Abinader, el cual hizo correr versiones negativas, durante las Primarias cerradas del PRM, de que el ex gobernante estaba apoyando la reelección de Medina. Muchos de sus seguidores lo abandonaron sin primero investigar si la acusación era cierta o no.
Por Luís Céspedes Peña