Martine, la primera dama de Haití, describió el momento en que los atacantes ingresaron en la habitación que compartía con su marido y abrieron fuego. Aseguró que hablaban en español y tras cometer el crimen se quedaron buscando algo que finalmente encontraron
Con el codo destrozado por los disparos, la boca llena de sangre y sin poder respirar, la primera dama de Haití yacía en el suelo junto a su cama, mientras veía cómo los asesinos de su marido, el presidente Jovenel Moïse, irrumpían en la habitación.
“Lo único que vi antes de que lo mataran fueron sus botas”, dijo Martine Moïse sobre el momento en que su esposo fue asesinado a tiros junto a ella, de acuerdo a The New York Times. “Luego cerré los ojos y no vi nada más”, agregó.
Mientras los atacantes inspeccionaban los archivos de su marido en la habitación, pudo escuchar en español lo que decían. “No es eso”, repetían, y seguían buscando. Hasta que finalmente uno afirmó: “Eso es”.
Acto seguido los asesinos abandonaron la habitación, pero antes le apuntaron con una linterna en los ojos para comprobar si aún seguía viva. “Pensaban que estaba muerta”, sostiene en una entrevista con The New York Times, la primera tras el trágico incidente del pasado 7 de julio.
Martine Moïse, de 47 años, describió el dolor que sintió al ver cómo su marido, un hombre con el que había compartido 25 años, era asesinado delante de ella. De todas maneras, no se animó a revivir los ensordecedores disparos, el temblor de las paredes y las ventanas, la aterradora certeza de que sus hijos también serían asesinados, el horror de ver el cuerpo de su marido y su lucha para levantarse del suelo después de que los asesinos se fueran de la habitación.
Su necesidad de hablar en este momento se explica en que no confía en la investigación que se está llevando a cabo y que sigue sin responder la pregunta más importante: ¿Quién ordenó y pagó el asesinato de su marido?
La policía de Haití detuvo a varias personas acusadas de estar detrás del asesinato, entre ellas 18 colombianos y varios haitianos y haitiano-americanos, mientras continúa la búsqueda. Las autoridades policiales sospechan de Christian Emmanuel Sanon, un médico y pastor de 63 años que habría conspirado para contratar a los mercenarios colombianos con el fin de matar al presidente y hacerse con el poder político.
Pero como muchos críticos de la versión oficial, Martine Moïse no cree que los principales acusados hayan sido capaces de financiar el ataque por sus propios medios. Afirma que hay un cerebro más poderoso detrás ordenando y suministrando dinero.
Le parece muy sospechoso que ninguno de los 30 o 50 guardias que trabajaban en su casa hayan resultado heridos. “No entiendo cómo no dispararon a nadie”, piensa.
El presidente Moïse se había enfrentado a algunos de los oligarcas más ricos del país, entre ellos la familia que controla la red eléctrica nacional. Su esposa Martine pide que sea recordado como un hombre que se enfrentó a los ricos y poderosos, por lo que cree que estos pudieron tener algo que ver en el asesinato. “Sólo los oligarcas y el sistema pudieron matarlo”, dijo en la entrevista con The New York Times.
La familia Moise dormía cuando el sonido de los disparos los despertó. Martine reveló que fue a levantar a sus dos hijos, ambos de unos 20 años, y les pidió que se escondieran en un baño, el único lugar sin ventanas.
El mandatario buscó su teléfono móvil y pidió ayuda. Pero la protección no llegó a tiempo y rápidamente los asesinos entraron en la habitación. Jovenel Moïse le dijo a su esposa que se tumbara en el suelo para que no le hicieran daño. “Ahí es donde creo que estarás a salvo”, le dijo. Fueron las últimas palabras que pronunció ante ella.
La primera dama aseguró que los atacantes “buscaban algo en la habitación y lo encontraron”, pero no sabe qué.
Ahora Martine exige que organismos internacionales como el FBI rastreen el dinero que financió el asesinato. Espera que la suma se remonte a ricos oligarcas de Haití, cuyos medios de vida se vieron alterados por los ataques de su marido a sus lucrativos contratos, afirmó en la entrevista con The New York Times.
La Sra. Moïse citó a Reginald Boulos, un poderoso empresario haitiano interesado en la presidencia del país, como alguien que podría estar vinculado con la muerte de su marido, aunque se abstuvo de acusarlo de ordenar el asesinato.
“Me gustaría que atraparan a la gente que hizo esto, de lo contrario matarán a todos los presidentes que tomen el poder”, afirmó ante el diario estadounidense. “Lo hicieron una vez. Lo harán de nuevo”, agregó.
La primera dama considera seriamente presentarse a la presidencia, una vez que se someta a más operaciones en su brazo lastimado. Los médicos planean implantar nervios de sus pies en su brazo, pero es posible que nunca recupere la movilidad. Actualmente sólo puede mover dos dedos.
“El presidente Jovenel tuvo una visión y los haitianos no vamos a dejar que muera”, finalizó. infobae.com