Se ha difundido la creencia de que participar en actividades sexuales antes de una competición deportiva podría afectar negativamente al rendimiento. Esta idea se basa en la noción errónea de que la retención del semen en los hombres mejora su fuerza, resistencia y virilidad, por lo que su liberación (a través de la eyaculación) podría causar una disminución temporal de estas facultades físicas, necesarias para un mejor desempeño tanto físico como mental.
Aunque algunos entrenadores continúan respaldando la abstinencia sexual antes de una competición debido a la creencia de que la frustración sexual aumenta la agresividad y que la eyaculación reduce la testosterona, otros argumentan que el sexo previo a la competición podría tener un efecto negativo debido al gasto excesivo de energía. Sin embargo, los estudios científicos realizados hasta la fecha descartan la idea de que el sexo la noche anterior a una competición tenga un efecto agotador en el atleta.
Expertos consultados sugieren que el sexo no solo no afectaría negativamente al rendimiento deportivo, sino que podría mejorar el desempeño. La actividad sexual se ha asociado con la liberación de endorfinas y una relajación general del cuerpo, lo que puede tener efectos positivos en el estado de ánimo y la capacidad de concentración de los deportistas antes de una competición. Además, estudios indican que la actividad sexual no tiene un impacto negativo a corto plazo en el rendimiento deportivo y puede interpretarse como una forma de ejercicio que beneficia la salud y el bienestar.
En cuanto al tiempo entre el sexo y el deporte, aunque la actividad sexual en sí misma no implica un gran esfuerzo físico, los expertos sugieren dejar un margen de tiempo razonable entre ambas actividades. Recomiendan esperar al menos una hora o dos antes de la competición para permitir que el cuerpo se recupere completamente de la actividad sexual. Estudios sugieren que el sexo antes de una competición podría tener un efecto positivo en el rendimiento deportivo si se realiza al menos 10 horas antes y no se asocia con hábitos de vida perjudiciales como el consumo de alcohol y tabaco.
