Como se había anunciado, la máxima autoridad de la Iglesia Católica no pudo celebrar la misa de Año Nuevo por una ciática. Hizo referencia a la importancia de “dar vida” y “amarla en nuestro interior”. La homilía fue leída por el cardenal Petro Parolín, que ofició la ceremonia
“No sirve conocer a muchas personas y muchas cosas si no nos ocupamos de ellas. Este año, mientras esperamos una recuperación y nuevos tratamientos, no dejemos de lado el cuidado. Porque, además de la vacuna para el cuerpo, se necesita la vacuna para el corazón, que es el cuidado. Será un buen año si cuidamos a los otros, como hace la Virgen con nosotros”, expresó el papa Francisco a través del texto que se conoció durante la misa de Año Nuevo este viernes en el Vaticano.
Sus palabras fueron leídas en homilía por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, en la misa de Año Nuevo, dedicada a la “solemnidad de María Santísima Madre de Dios”, que se celebró este 1 de enero en el Vaticano.
El papa Francisco tenía previsto presidir esta misa y también la de las primeras vísperas del 31 de diciembre de 2020, pero no ha podido asistir a ninguna de las dos por una ciática, según informó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
Al igual que hizo ayer, 31 de diciembre, Jorge Bergoglio dejó escrita la homilía para que en este 1 de enero el cardenal Parolin leyera sus palabras a los pocos asistentes y medios de comunicación que pudieron estar en la Basílica de San Pedro del Vaticano, debido a las medidas de prevención para evitar contagios de coronavirus.
Y es que esta misa se ha celebrado como el resto de actos navideños en el Vaticano, sin fieles y en una basílica vacía.
El papa puso el acento en tres verbos, bendecir, nacer y encontrar, y destacó el papel de la Virgen María, en este día en el que también la Iglesia católica celebra la 54ª Jornada Mundial de la Paz, este año bajo el lema “La cultura del cuidado como camino hacia la paz”.
Francisco subrayó que “Jesús no es una idea abstracta, es concreto, encarnado, nació de mujer y creció pacientemente” y que por eso las mujeres “conocen esta concreción paciente”, mientras que los hombres son con frecuencia “más abstractos” y quieren “las cosas inmediatamente”.
“Las mujeres son concretas y saben tejer con paciencia los hilos de la vida. Cuántas mujeres, cuántas madres de este modo hacen nacer y renacer la vida, dando un porvenir al mundo”, apuntó.
En una frase que toma relevancia especialmente en Argentina, donde esta semana se aprobó la legalización del aborto, señaló: “No estamos en el mundo para morir, sino para generar vida (…) el primer paso para dar vida a lo que nos rodea es amarlo en nuestro interior”.
Remarcó la importancia de “educar el corazón al cuidado, a valorar a las personas y las cosas” para que las sociedades se hagan cargo de los demás y del mundo.
Criticó momentos antes que “el mundo está gravemente contaminado por el decir mal y por el pensar mal de los demás, de la sociedad, de sí mismos”, y aseguró que la “maldición corrompe, hace que todo degenere” y que “la bendición regenera, da fuerza para comenzar de nuevo”.
Al final de la homilía, Francisco se preguntó qué debe encontrar la gente al inicio del 2021 y respondió: “Sería hermoso encontrar tiempo para alguien. El tiempo es una riqueza que todos tenemos, pero de la que somos celosos, porque queremos usarla sólo para nosotros”.
Por eso, animó a la gente a dedicar momentos a los demás, especialmente al “que está solo, al que sufre, al que necesita ser escuchado y cuidado”.
El calendario de las celebraciones navideñas del Vaticano continúa el 6 de enero con la misa por la Epifanía del Señor.
Con información de EFE