Por Franklin Rosa
En la historia del desarrollo del capitalismo los negocios y las guerras son caras de la misma moneda. El imperio inglés uno de los más criminales y devastadores de la historia colonial, libró
dos guerras para imponer el negocio del opio en China. En el mundo de gobernanza unipolar el imperialismo norteamericano, impone la misma política de negocio y guerra. Los principios del libre mercado, competencia, democracia y libertad de prensa se manipulan en función de sus intereses y sus negocios.
Ese mismo patrón ha reinado en la geoestrategia y geopolítica de las naciones imperialistas donde el poder militar y económico se ejerce para imponer sus intereses y usufructuar los recursos naturales de las naciones pobres.
La guerra de Ucrania es un genocidio que alimenta y atiza la OTAN-EUA, de manera irresponsable, conociendo la realidad de la guerra, Ucrania ha sido derrotada, con un ejército disperso que no ha presentado ninguna batalla, que está escondido en las ciudades y sin capacidad ofensiva, que no tiene fuerzas aéreas, ni armas antiaéreas contra misiles. Ucrania está contando para su defensa con las milicias nazis y los mercenarios del Medio Oriente, la ayuda de la OTAN en millones de dólares y de armas para los civiles ucranianos, preparándolos para la masacre. Los valientes de la OTAN no se atreven a poner un soldado en tierra ucraniana.
El gran espectáculo de esta guerra negocio, en esta semana, fueron las tres cumbres importantes que se realizaron, incluyendo la reunión de la OTAN y lo que trascendió fue el acuerdo comercial que firmó Europa con EUA para garantizar el suministro de petróleo y gas, lográndose así el primer objetivo de esta guerra, anular la la operación del gaseoducto Alemania-Rusia, Nord Stream 2, el otro objetivo el de aniquilar al socio capitalista de la competencia, Rusia, y destruir su próspera economía.
El mundo esperaba que se hablara de paz, de un acuerdo sobre la seguridad de Europa, incluyendo la frontera de Rusia, triste y macabro espectáculo cuando en esta cumbre se llamó a Ucrania a seguir resistiendo. Todavía se necesitan más destrucción y muerte para justificar su negocio sangriento