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JUAN T H

Altice

No hay que ponerse loco, ni tomar las cosas muy deprisa, porque al fin y al cabo, en este país nunca pasa nada aunque siempre ocurre todo, incluso lo impensable, lo inaudito, lo inverosímil. En este pedazo de tierra que eufemísticamente llamamos país, todo es todo y nada es nada, como si entre la vida y la muerte no existiera diferencia alguna, como si estar vivo o estar muerto fuera lo mismo, aunque sabemos que no lo es.

No debemos desesperarnos; dejemos que el planeta azul que llamamos tierra siga girando, que el tiempo siga transcurriendo con sus días, sus semanas y sus meses. No nos llenemos de incertidumbre, el siete de octubre llegará raudo y veloz, tal vez “rápido y furioso”, quizás en paz, pero se acerca para decirnos quienes ganaron y quienes perdieron.

Puedo asegurar –creyendo en lo pronosticado por la Junta Central Electoral- que el día seis de octubre, alrededor de las ocho de la noche sabremos quienes serán los  ganadores de las primarias de los diferentes partidos que irán a convención simultáneas. Sabremos quién será el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, si será Leonel Fernández o Gonzalo Castillo, que parece ser el pupilo del presidente Danilo Medina; de la misma manera sabremos si ganó Luís Abinader, como dice la percepción, o Hipólito Mejía, como aseguran sus simpatizantes y el propio ex presidente.

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Antes de la fecha prevista, sin embargo, ocurrirán muchas cosas, pero dentro del marco de lo esperado. Danilo aún no se rinde. Continuará intentando su habilitación para lo cual será necesario modificar la Constitución, algo que veo difícil en estos momentos, incluso con el argumento de unificación de las elecciones.

Las acciones en contra de Leonel Fernández para impedir que gane la lucha interna y se convierta en candidato, no se detendrán. Por el contrario, arrecieran, como un huracán que pasa de categoría uno a la dos, luego a la tres y posteriormente a la cuatro, con vientos cada vez más fuertes. Pero no podrán detenerlo. Ganará la convención. Su estructura es muy grande y poderosa. Además tiene los recursos económicos para impedir que el gobierno compre a los votantes. Está trabajando en la fidelidad del voto y en que sus simpatizantes acudan a las urnas.

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La facción del presidente Medina no está cohesionada; por el contrario, se divide y se debilita. Gonzalo lejos de ser una solución, se ha convertido en un problema para la unidad. Una buena parte de la gente del sector oficialista comienza a buscarle el “lado” a Leonel, como garantía de continuar en sus cargos. (“Las palomas siempre vuelan a donde han pan”)

La lucha fratricida dentro del PLD no termina con la escogencia de sus candidatos presidencial, congresual y municipal.  Danilo y su gente no permitirá que Leonel se convierta en presidente de la República sin que se produzca un acuerdo aunque sea a regañadientes. Harán lo que sea preciso para impedirlo.

¿Qué pasará en el PRM? No lo sé con certeza. Confío en que gane quien gane entre Hipólito y Luís, la unidad se mantenga y que juntos puedan trabajar para derrotar al candidato del PLD no importa como se llame, y ganar el poder que es lo más importante.

De todas maneras, el siete de octubre, temprano en la mañana, se definirán muchas cosas en el ámbito político electoral del país. Esperemos pues.

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