Miguel Ángel Cid Cid
La brecha entre el decir y el hacer en las encuestas electorales
Conocer la distancia real entre lo que se dice y lo que se hace en política es, en muchos casos, circunstancial o incluso imposible. Lo mismo sucede con las encuestas electorales que miden la intención de voto en un momento dado.
Las encuestas reflejan la percepción del electorado en un instante específico. Sin embargo, muchos seguidores creen que los resultados de hoy se repetirán mañana y el día de las elecciones. Esta expectativa infundada explica por qué tantas veces se producen decepciones tras los procesos electorales.
La realidad detrás de las encuestas y la percepción electoral
Los actores políticos deben comprender que los encuestadores no son profetas ni tienen certezas absolutas. La percepción electoral es cualquier cosa menos un acto de fe. Por eso, la sabiduría popular dice: “del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Tanto los candidatos actuales como los del pasado, junto con las agencias encuestadoras, comparten la responsabilidad de que se confunda una encuesta con una predicción infalible. Recientemente, el director de Gallup Dominicana fue consultado sobre la “guerra de encuestas” que vive el país y respondió: “Yo diría que en vez de una guerra de encuestas, lo que vive el país es una guerra de mentiras”.
Que esta afirmación provenga de una prestigiosa institución como Gallup es revelador. No obstante, algunos recuerdan cuando esta misma encuestadora retuvo resultados para no perjudicar a ciertos candidatos. En la actualidad, el maquillaje excesivo no solo se usa en la imagen personal, sino también en los medios y en la presentación de datos electorales. Hoy, todos quieren lucir bien ante la opinión pública.
La manipulación de encuestas: un fenómeno político recurrente
¿Por qué insistir en esta reflexión sobre la honestidad o el maquillaje exagerado de las encuestas? La respuesta es clara: antes, creer ciegamente en los números era cosa de fanáticos. Hoy, los principales líderes partidarios son los mayores defensores de resultados acomodados a sus intereses.
Un ejemplo reciente lo dio Julio Hazim, productor del programa Revista 110, durante la emisión del miércoles 18 de septiembre. Comentó unas declaraciones de Gonzalo Castillo, quien afirmó: “yo no tengo que pactar, yo lo que tengo es que hacer un gobierno parecido al de Danilo, mejorar algunas cosas que no se han podido mejorar”.
Hazim añadió con ironía: “Eso no lo resiste un hombre que está indigestado de éxitos. Leonel tiene la barriga, el corazón, todos los intestinos llenos de éxitos y no entienden. Esa gente está que tú hablas con ellos y te dicen: es 90 a 10 que estamos”.
El panorama electoral en el PLD y sus implicaciones
Según el expresidente Leonel Fernández, en las primarias del 6 de octubre obtendrá 3 millones de votos. Por Gonzalo Castillo se estima un millón de sufragios, mientras que los demás aspirantes podrían sumar más de 100 mil votos en conjunto. Sin contar la abstención, el total rondaría los 4 millones 150 mil votos.
Esto implicaría que los miembros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) representarían más del 50% de los inscritos en el padrón electoral. Si la situación se mantiene como la pinta Leonel Fernández, las elecciones presidenciales serían innecesarias y todo se decidiría el 6 de octubre.
Por el bien del país, figuras como Luis Abinader, Hipólito Mejía, Guillermo Moreno y Onofre Rojas, entre otros aspirantes presidenciales, deberían aceptar públicamente la victoria de Leonel Fernández.
¿Qué pasará con Leonel Fernández tras las primarias?
Julio Hazim se cuestiona: “¿Qué va a hacer Leonel cuando le den los resultados el 6 de octubre? ¿Qué va a hacer el pobre Leonel cuando le den su primera derrota?”
Por mi parte, me pregunto cómo un hombre que ha sido presidente tres veces y líder indiscutible del PLD puede estar tan confiado y, quizás, cegado por sus éxitos.
¿Acaso Leonel no ha reflexionado sobre el dicho popular que afirma: “una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja”?
Miguel Ángel Cid
Twitter: @miguelcid1

 
									 
					