La realidad de los accidentes de tránsito en República Dominicana
Por Elido Pérez
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Los dominicanos somos muy dados a buscar culpables, tanto así que, buscando y buscando a quién culpar, nos convertimos en culpables. Nuestras calles, caminos y carreteras, son salvajes, ¿Los caminos?, ¿Las calles?, ¿Las carreteras?……NO; somos nosotros los salvajes, fruto de qué? Son muchos los factores que hoy por hoy convierten a la República Dominicana en uno de los países más inseguros para manejar y donde se producen mayor número de accidentes automovilísticos y de motocicletas.
La alarmante estadística de accidentes en República Dominicana
Somos el segundo país de más accidentes en el mundo, de más personas fallecidas por accidentes. La República Dominicana tiene un índice de 29,3 muertes por accidentes de tránsito por cada 100.000 habitantes, siendo el mayor de América Latina y el Caribe. En el año 2017, unas 2.122 personas fallecieron el año pasado en la nación víctimas de accidentes de tráfico, un 8% más respecto a las ocurridas en 2015, de acuerdo con el estudio del observatorio, un órgano coordinado por el Ministerio de Interior y Policía. A eso súmese el acto costo para el Estado dominicano en asistencia en salud, especialmente en el aspecto traumatológico de hospitales especializados o no que ven su presupuesto afectarse sensiblemente atendiendo a los pacientes accidentados.
Factores que inciden en los accidentes de tránsito
Hay diversos factores que inciden en el incremento de los accidentes, por supuesto, que la ingesta de alcohol debe considerarse como uno de los factores de mayor incidencia, no sería inútil precisar que el 41 % de los accidentes ocurrió un sábado o domingo, y el horario de más proclividad es de 6.00 de la tarde a 11.59 de la noche, y se investigaran a fondo estas estadísticas encontraremos que el alcohol está de por medio.
La falta de medidas efectivas por parte del Estado
Cabe preguntarse, ¿Qué podemos hacer?, definitivamente que el Estado ha sido indiferente y permisivo a la hora de tomar medidas y fomentar políticas tendentes a preservar vidas y propiedades. Al promulgarse la ley No. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial de la República Dominicana, muchos consideraron que esta sería la panacea y que nuestro tránsito sería organizado, las expectativas, conforme al estancado proceso de adopción de las múltiples disposiciones contenidas en dicha ley, nos anuncian que, como generalmente ocurre en el país, las leyes se acatan, pero no se cumplen. Somos de opinión que el legislador dominicano se empeñó en aprobar una ley ideal, no la ley posible, por supuesto ahí reside la mayor dificultad para que la población no la haya asumido.
Un futuro incierto si no se toman medidas efectivas
Como las leyes no funcionan, nuestras carreteras seguirán siendo escenario de muerte, de desastres y destrucción, seguiremos respondiendo a iniciativas coyunturales, seguiremos siendo un país de operativos y seguiremos viendo a muchos de nuestros jóvenes tendidos en el pavimento, más que todo, por la irresponsabilidad de un Estado que no ha querido enfrentar nuestros males con el carácter que amerita, somos un Estado de paños tibios, de muchas leyes promulgadas, pero de pocas normativas asumidas con responsabilidad.
Se harán esfuerzos para que en semana santa no se produzcan muchas muertes, pero el lunes siguiente, estrenaremos nueva vez el comportamiento de un país sin norte, sin propósitos, de cherchas, relajos y politiquería irresponsable de los que nos gobiernan.