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  • La “Guía Básica de las Vacunas” de ARAPF tiene como objetivo educar a la población dominicana sobre los hechos reales y desmentir conceptos erróneos para mejorar la confianza en la vacunación.

Santo Domingo, 16 de octubre del 2024. En una era en la que la información está al alcance de todos, también ha surgido una creciente proliferación de mitos y desinformación sobre las vacunas. En este contexto, la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos, Inc. (ARAPF), a través de su “Guía Básica de las Vacunas”, aborda este tema con el objetivo de mantener informada a la sociedad dominicana sobre las evidencias y creencias que circulan en el ámbito digital.

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Las vacunas han sido fundamentales para el control y erradicación de muchas enfermedades infecciosas. Gracias a los programas de vacunación, se ha observado una disminución drástica en la incidencia de enfermedades graves y potencialmente mortales. Sin embargo, la desinformación ha llevado a un resurgimiento de la desconfianza en torno a las vacunas, con consecuencias que podrían afectar la salud colectiva de nuestras comunidades.

“En nuestra serie educativa, abordamos directamente los mitos sobre las vacunas para ofrecer una visión clara y basada en evidencia. Queremos que la población dominicana tenga acceso a información correcta y comprensible, para que puedan superar la desinformación y entender la importancia vital de las vacunas en la prevención de enfermedades”, destacó Juan Miguel Madera, vicepresidente ejecutivo de ARAPF.

Ocho mitos sobre las vacunas

  1. “Mejores condiciones de higiene y saneamiento harán desaparecer las enfermedades; las vacunas no son necesarias”
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Hecho: Aunque la higiene y el saneamiento ayudan a prevenir enfermedades, no son suficientes por sí solos. Las vacunas siguen siendo necesarias para evitar el resurgimiento de enfermedades como la poliomielitis y el sarampión, que podrían reaparecer rápidamente sin programas de vacunación.

  1. Las vacunas conllevan algunos efectos secundarios nocivos que aún no se conocen a largo plazo.

Hecho. Las vacunas son seguras. La mayoría de las reacciones vacunales son leves y temporales. Los trastornos graves de la salud (sumamente raros) son objeto de seguimiento e investigación. Es más probable padecer un trastorno grave por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna.

  1. La vacuna combinada contra la difteria, tétanos y la tosferina, así como la antipoliomielítica, puede provocar el síndrome de muerte súbita del lactante.

Hecho. No existe una relación causal entre la administración de las vacunas y la muerte súbita del lactante.

  1. Las enfermedades prevenibles mediante vacunación están casi erradicadas en mi país, por lo tanto, no hay motivos para que me vacune

Hecho. Si bien las enfermedades prevenibles mediante vacunación son actualmente poco comunes en muchos países, los agentes infecciosos que las producen siguen circulando en algunas partes del mundo. Los numerosos intercambios marítimos y aéreos, resultantes de la globalización, favorecen que los agentes infecciosos se diseminen a gran escala y afecten a las personas no vacunadas.

  1. Las enfermedades de la infancia prevenibles mediante vacunación son inevitables

Hecho. No, las enfermedades prevenibles por vacunación no tienen por qué ser “hechos inevitables”. Enfermedades como el sarampión, las paperas y la rubéola pueden causar complicaciones graves tanto en niños como en adultos, incluyendo neumonía, inflamación del cerebro, ceguera, diarrea, infecciones de oído, síndrome de rubéola congénita y, en algunos casos, la muerte.

  1. Es mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas
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Hecho. Las vacunas interactúan con el sistema inmune para producir una respuesta similar a la que provocaría la infección natural, pero sin causar los síntomas y complicaciones de la enfermedad, los cuales en ocasiones pueden llegar a ser graves.

  1. Las vacunas contienen mercurio, sustancia que es muy peligrosa

Hecho. El tiomersal es un compuesto orgánico con mercurio que se añade en algunas vacunas como conservante. Es el más utilizado para vacunas que son suministradas en ampolletas de múltiples dosis. No hay pruebas científicas que sugieran riesgos para la salud por la ínfima proporción de tiomersal usado en las vacunas

  1. Las vacunas causan autismo

Hecho. Hasta el momento no existen pruebas científicas que respalden el vínculo de las vacunas del sarampión, parotiditis y rubéola con el espectro autista. El estudio de 1998 utilizado para respaldar esta hipótesis o planteamiento fue descartado por presentar graves irregularidades, por lo que su publicación fue retirada y descartada.

La “Guía Básica de las Vacunas” está disponible para descarga gratuita en el portal oficial de la Asociación, permitiendo a los dominicanos acceder en línea a información valiosa sobre vacunación.

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