El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este jueves el plan de rescate fiscal de 1,9 billones de dólares, aprobado por el Congreso y el tercero en la primera economía mundial, para contrarrestar la aguda crisis provocada por la pandemia.
Este ambicioso paquete de rescate se convierte así en la primera gran victoria legislativa desde que Biden llegó a la Casa Blanca el 20 de enero pasado.
“Esta legislación histórica trata de reconstruir la columna vertebral de este país y dar a la gente, a los trabajadores, la gente de clase media una oportunidad de salir adelante”, dijo Biden en la ceremonia de ratificación en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
El mandatario anunció que viajará en los próximos días por el país para dar a conocer los detalles del paquete y explicarlo a los ciudadanos.
Pese a las promesas de unidad ante el desafío común de la pandemia, lo cierto es que el nuevo rescate ha salido adelante en el Congreso sin un solo respaldo de la oposición republicana.
La ley incluye nuevos pagos directos de 1.400 dólares a los contribuyentes que tengan ingresos de hasta 75.000 dólares anuales por persona, una cantidad superior a los cheques de 600 y 1.200 dólares que se entregaron en los anteriores paquetes de estímulo.
Amplía, asimismo, hasta comienzos de septiembre las ayudas al desempleo, de 300 dólares semanales, ya que los actuales fondos expiran el 14 de marzo, fecha límite que se habían marcado tanto la Casa Blanca como los demócratas en ambas cámaras para tener el proyecto finalizado.
Además, el paquete asigna 350.000 millones de dólares para Gobiernos locales y estatales, 170.000 millones para la reapertura de las escuelas, 14.000 millones de dólares para fortalecer el plan de vacunación y otros 46.000 millones de dólares para el sistema de pruebas para la detección del coronavirus.
El rescate impulsado por Biden se unirá al de 900.000 millones de dólares que el Congreso impulsó en diciembre y al de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia del país, en marzo de 2020, bajo la Presidencia del republicano Donald Trump.
Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia, con más de 529.000 fallecidos y más de 29 millones de casos.