Por Luis Aníbal Medrano S.
Dicen que para ser mundo debe existir de todo, pero nos resistimos a aceptar algunas realidades perversas que cohabitan en formas diversas en las sociedades que nos ha tocado existir.
Desde los tiempos remotos, desde el surgimiento del periodismo como oficio o profesión, han actuado los llamados chantajistas que operan por encargo o por voluntad propia para obtener algún beneficio a costa de dañar imágenes, enlodar reputaciones bien ganadas y hasta provocar la ruptura de un orden establecido.
Observamos con pena, la inmoral campaña que se ha desatado en contra de uno de los hombres más noble, en todos los sentidos, que tiene nuestra sociedad dominicana, un hombre que no se presta a ningún tipo de acciones contrarias para que impere lo correcto. Nos referimos a la persona de Don Miguel Ceara-Hatton.
No temo pecar de exagerado cuando señaló que el presidente Luis Abinader, quien no acepta vagabundería alguna, lo nombró como ministro en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales porque conoce la probidad de Don Miguel, el presidente sabe que se requería una persona intachable, de alta reciedumbre moral, en esa dependencia estatal para detener las acciones incorrectas que allí se producían.
Quienes entiendan que atacando al ministro de Medio Ambiente, pueden lograr que se vuelva al desorden organizado y la mafia que operaba allí, están muy equivocado, pierden su tiempo y están gastando sus cartuchos en una guerrita sucia en la que no obtendrán el triunfo, simplemente, no lo van a lograr porque el presidente es Luis Rodolfo Abinader Corona, un presidente serio y que no va a permitir que nada ni nadie manche su honra familiar y política, mucho menos su gobierno.
Se puede calificar como suprema charlatanería, querer ofender con campaña sucia a Don Miguel Ceara Hatton, ofender a él, es ofender al presidente Luis Abinader.
Ahora bien, ofende el que puede y no el que quiere, y desde donde están saliendo los perdigonazos cargados de corrupción, no tienen calidad moral para querer despotricar a mi amigo Miguel Ceara Hatton.
Quienes encabezan el patrocinio de un periodismo de chantaje, deberían de entender que los tiempos de corrupción e impunidad en la República Dominicana se acabaron, utilicen su verbo y sus trajecitos para otra cosa que no sea perjudicar el gobierno del excelente presidente que tenemos,
El autor es periodista, municipalista y político.