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La moda desdibuja cada vez más sus fronteras. Es un hecho que comprobamos en cada nueva colección de cualquier firma de alta moda, esas que marcan las tendencias, o en cada nueva aparición de los hombres que abren camino a nuevos estilos como Timothée Chalamet o Manu Ríos. Estampados de flores en camisa y pantalones a juego, prendas de seda, transparencias, collares de perlas o llevar falda ya no es solo terreno exclusivo de mujeres.

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Sin embargo, hay tradiciones que parecen imposibles de cambiar. Y no hablamos solo de los trajes a medida para hombre o de ciertas reglas de etiqueta sino de costumbres que aplican a prendas básicas como las camisas. Una pieza que usas a diario y desde que eras un niño y por eso puede que no hayas caído en que se diferencian de las de mujer por un detalle: sus botones. En los diseños masculinos estos están situados a la derecha y los ojales a la izquierda, mientras que en las camisas de ellas sucede justo al contrario, ¿por qué?

Existen diferentes teorías al respecto y la mayoría se remontan a varios siglos atrás. Concretamente al siglo XIII cuando más o menos se sitúa la aparición del botón. Este elemento estaba confeccionando de materiales que encarecían la prenda por lo que estaban reservados a clases altas y las mujeres de esta época no se vestían solas sino que lo hacían con ayuda de asistentes de cámara o sirvientes. De manera que, para facilitarles el trabajo, colocaron los botones en la parte izquierda de manera que la persona que se sitúe de frente a ella pueda abrocharlos con la mano derecha.

En el caso de los hombres tenía que ver con una cuestión bélica. Tanto la espada como la pistola se situaban en la izquierda para poder coger el arma rápidamente con la mano derecha (suponiendo que se era diestro). Para facilitar este movimiento que en cuestión de un ataque o para defenderse debía ser rápido y eficaz, se colocaron los botones en el lado derecho y así se evitaba que la mano pudiera engancharse con la camisa o el abrigo. De hecho, en muchos retratos de Napoleón se puede apreciar esta diferencia pues acostumbraba a posar con su mano metida entre los botones de su chaqueta.

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La moda desdibuja cada vez más sus fronteras. Es un hecho que comprobamos en cada nueva colección de cualquier firma de alta moda, esas que marcan las tendencias, o en cada nueva aparición de los hombres que abren camino a nuevos estilos como Timothée Chalamet o Manu Ríos. Estampados de flores en camisa y pantalones a juego, prendas de seda, transparencias, collares de perlas o llevar falda ya no es solo terreno exclusivo de mujeres.

Sin embargo, hay tradiciones que parecen imposibles de cambiar. Y no hablamos solo de los trajes a medida para hombre o de ciertas reglas de etiqueta sino de costumbres que aplican a prendas básicas como las camisas. Una pieza que usas a diario y desde que eras un niño y por eso puede que no hayas caído en que se diferencian de las de mujer por un detalle: sus botones. En los diseños masculinos estos están situados a la derecha y los ojales a la izquierda, mientras que en las camisas de ellas sucede justo al contrario, ¿por qué?

Existen diferentes teorías al respecto y la mayoría se remontan a varios siglos atrás. Concretamente al siglo XIII cuando más o menos se sitúa la aparición del botón. Este elemento estaba confeccionando de materiales que encarecían la prenda por lo que estaban reservados a clases altas y las mujeres de esta época no se vestían solas sino que lo hacían con ayuda de asistentes de cámara o sirvientes. De manera que, para facilitarles el trabajo, colocaron los botones en la parte izquierda de manera que la persona que se sitúe de frente a ella pueda abrocharlos con la mano derecha.

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camisas para hombre llevan los botones a la derecha y las de mujer a la izquierda1
Photo credit: Photo Josse/Leemage – Getty Images

En el caso de los hombres tenía que ver con una cuestión bélica. Tanto la espada como la pistola se situaban en la izquierda para poder coger el arma rápidamente con la mano derecha (suponiendo que se era diestro). Para facilitar este movimiento que en cuestión de un ataque o para defenderse debía ser rápido y eficaz, se colocaron los botones en el lado derecho y así se evitaba que la mano pudiera engancharse con la camisa o el abrigo. De hecho, en muchos retratos de Napoleón se puede apreciar esta diferencia pues acostumbraba a posar con su mano metida entre los botones de su chaqueta.


Hay otras teorías que tienen que ver con la mujer, como el hecho de que cosiendo los botones en su derecha se facilitaba el momento de la lactancia, pues las mujeres sujetarían al bebé con su brazo izquierdo y podrían desabrochar su camisa con su mano derecha. Y también por la manera en la que ellas montaban a caballo varios siglos atrás, sobre su lado izquierdo, con los botones situados a la derecha se evitaba que entrara el frío.

Sea cual sea el origen de esta práctica lo cierto es que ha permanecido vigente a lo largo de los siglos, ajena a todas las tendencias e incluso a la fuerte corriente genderless que está sacudiendo a la moda en los últimos años, ¿son los botones y su posición el elemento más obsoleto de la moda?

Por Marta Martínez

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