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No todas las pieles son iguales pero sí tienen algo en común: la necesidad de hidratación. Aplicar crema para el cuerpo, siempre en función de las necesidades y características individuales, nos ayudará a tener una piel sana, flexible y suave.

Altice

La piel es uno de los órganos más extensos del cuerpo. Y como tal hay que ocuparse de que esté en buenas condiciones. ¿Qué significa esto? Que debe estar bien hidratada. En cuestiones de hidratación, como en todo, hay personas que la realizan de forma obligatoria y otras, que bien por falta de costumbre o de tiempo, no lo hacen hasta que la piel avisa en forma de picor o de sequedad. ¿Qué es lo adecuado? ¿Hay que hidratar la piel a diario?

La respuesta no es categórica. Todo depende del tipo de piel, del lugar donde vivimos y de si nuestra piel tiene necesidades especiales, explica Almudena Nuño, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y dermatóloga del Servicio de Dermatología del Hospital La Paz, a CuídatePlus.

¿Por qué la piel necesita hidratación?

La piel funciona como una suerte de barrera formada por las células epidérmicas, en su mayor parte queratinocitos. Para ilustrarlo Nuño nos da el siguiente ejemplo: “Es como una pared que se une con ladrillos -en este caso las células-, y el cemento entre ellas serían los lípidos. Esos lípidos forman parte de la piel, hacen de barrera y la hidratan”.

Es frecuente que ese manto lipídico necesite un extra de hidratación; algo que se puede solucionar con el uso de cremas hidratantes. De hecho, una piel hidratada es una piel sana, íntegra, elástica, flexible, suave y con buen aspecto. Según añade Marta Alcalde, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, “por estos motivos hemos de intentar mantener la piel correctamente hidratada. En general, se recomienda el uso de crema a diario, pero la textura de la misma y la hidratación que aporte a la piel será diferente en función de las circunstancias en las que nos encontremos”.

Humedad y sequedad

Hay que tener en cuenta también que existen tipos diferentes de piel: piel normal, piel mixta y piel normal. Así que las necesidades no serán iguales en función de la piel, de si la lavamos mucho -esto hace que se reseque más-, o si no utilizamos los productos cosméticos adecuados. Lo mismo ocurre si vivimos en una zona húmeda, seca, muy contaminada; si estamos expuestos a fuentes de calor, bien sea por la calefacción, por la temperatura ambiente o por el lugar de trabajo,

En esta línea, Nuño recuerda que muchas veces, si tenemos una piel seca y vamos a la playa notamos que estamos más hidratados. “Sin embargo, aunque el clima húmedo favorezca la hidratación, en ocasiones vamos a necesitar aportar un extra. Si tenemos una piel muy grasa no será adecuado poner una crema muy grasa si no una crema más ligera. Y si tenemos una piel más seca necesitaremos una crema más hidratante y untuosa, no tan ligera”.

En los ambientes secos, “el agua de la piel tiende a evaporarse y se produce más pérdida transepidermica de agua. Por lo tanto, se necesita ser más constante en la hidratación para evitar la pérdida de integridad de la piel y disminuir la pérdida de agua. En estos casos se pueden usar cremas hidratantes con activos que actúen a diferentes niveles”, dice Alcalde. Por un lado, estos hidratantes activos estimulan la capacidad de retención hídrica de la piel (humectantes, polioles, NMF reconstituido…) y, por otra, aportan hidratantes pasivos que actúan frenando la evaporación (vaselinas, sustancias coloidales, aceites y alcoholes grasos, aceites vegetales, siliconas…).

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¿Hay que hidratarse todos los días?

Nuño y Alcalde coinciden al afirmar que hidratarse todos los días dependerá del tipo y estado de la piel, de la edad y de la situación ambiente. Como no todas las pieles son iguales unas necesitarán fórmulas más densas y otras más ligeras.

¿Los geles pueden sustituir a la hidratante?

Igual que ocurre con la crema, el lavado de la piel es importante y la actividad que realizamos determinará si es necesario hacerlo con más o menos frecuencia. “Si lavamos la piel muy a menudo esta se reseca y necesitaremos más hidratación. Hay jabones que llevan ya esa hidratación incluida y que respetan más el manto lipídico de la piel. Por lo tanto, no vamos a tener que aportar luego tanta hidratación”, explica Nuño. En esta línea existen jabones, que casi parecen aceites, para el lavado, o productos syndet, que no incluyen detergentes, y que mantienen mejor esa hidratación natural.

Alcalde, por su parte, recuerda que los geles o jabones tienen como objetivo la limpieza de la piel. No obstante, aquellos jabones que contienen más sustancias hidratantes y relipidizantes hacen que la piel esté más flexible y tersa. “Por eso hay personas que los usan para hacer las dos funciones. Esporádicamente en ambientes no muy secos se podría hacer, pero a la larga son insuficientes para mantener una correcta hidratación de la piel. Lo ideal es utilizar un gel de limpieza con tensoactivos suaves no irritantes a pH fisiológico y a poder ser que contenga algún activo hidratante y relipidizante e inmediatamente después de la ducha aplicar una crema hidratante adecuada al tipo de piel y a las condiciones ambientales en las que nos encontremos”.

Zonas que necesitan más hidratación

Las manos, los codos, las rodillas o los talones son algunas partes del cuerpo que tienden a resecarse más.

Las manos son el paradigma de la piel más expuesto a agresiones externas, tanto al sol, como al frío, como a jabones y detergentes, muy especialmente si no usamos guantes al fregar. “Por eso se deshidratan con bastante facilidad y es necesario aumentar la hidratación. La frecuente higiene de manos se ha de hacer con un jabón syndet a pH fisiológico que respete la película hidrolipídica y que contenga tensoactivos suaves y activos hidratantes y emolientes para compensar la sequedad y restaurar la integridad de la piel. La hidratación se recomienda varias veces al día con cremas que contengan activos hidratantes, lubricantes, regenerantes y reparadores y protectores solares para evitar la aparición de manchas en el dorso de las manos”, añade Alcalde.

Si muchas veces evitamos echarnos crema hidratante en las manos por la película grasa que genera se han acabado las excusas. Sea conseja utilizar este tipo de fórmulas al acostarnos para que se hidraten correctamente.

Los pies, que soportan nuestro cuerpo a diario, y que muestran una piel más gruesa, también necesitan un cuidado específico. Mucho más en verano, cuando se produce mayor sequedad. “La hidratación mediante cremas con acción hidratante, reparadora, queratolítica -que quita las capas superficiales de la piel y generan cierta exfoliación- o descongestiva, ha de ser diaria haciendo especial énfasis en zonas de roce y en talones donde hay más tendencia a la sequedad extrema y a la aparición de grietas”, aconseja Alcalde, quien añade las siguientes medidas para cuidar los pies:

Limpiar adecuadamente con jabones suaves

Exfoliar cuando haya zonas con callosidades

Secar adecuadamente para evitar la humedad residual que podría favorecer la aparición de hongos.
En cuanto a esa exfoliación de los talones se puede conseguir con cremas que produzcan un efecto queratolítico (exfoliante) y que contengan urea, ácido láctico, o ácido salicílico.

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Hidratar y exfoliar

Otra forma de mantener la piel más sana y unificada es exfoliarla para eliminar las células muertas. Pero, ojo, hay que tener en cuenta que si la piel está irritada lo que conseguiremos será empeorarla utilicemos una exfoliación mecánica -con sustancias que arrastran las pieles muertas- o química, con sustancias que realizan esa exfoliación.

Nuño añade que una piel sana se puede exfoliar una vez por semana para que la piel quede más unificada y con un aspecto más saludable. Por su parte Alcalde añade que en pieles secas, se suele recomendar cada 10-15 días dependiendo de la concentración del agente exfoliante. En las pieles grasas se recomienda desde 2 veces en semana dependiendo también de las fórmulas utilizadas.

Eso sí, después de exfoliar no hay que olvidar hidratar y calmar la piel ya que al retirar las capas muertas se puede eliminar también la capa lipídica natural de la piel.

Pieles con necesidades especiales

Dice la vocal de Dermofarmacia del COF de Barcelona que la crema hidratante se debe utilizar siempre, eligiendo la que mejor nos convenga y no empeñarnos en usar la misma durante todo el año. En el caso de una piel seca, Alcalde aconseja utilizar una crema que, además de hidratación, aporte emoliencia, mientras que una persona con piel grasa, necesitará hidratación y activos reguladores de la secreción y exfoliantes”.

Pero también hay que tener en cuenta que hay pieles que pueden tener necesidades especiales.

Dermatitis atópica

La dermatitis atópica produce una inflamación de la piel. Esto conlleva que no se debe utilizar cualquier crema hidratante, sino la que recomiende el médico. “Hay que tratar las pieles con dermatitis con un corticoide en crema o con un inhibidor de la calcineurina. Además, esta piel tiene necesidades especiales de hidratación, ya que una crema normal, que pueda llevar alcoholes o una textura más fluida, puede producir escozor. Por eso siempre hay que utilizar cremas específicas”, explica la dermatóloga del Hospital La Paz.

Alcalde abunda en esta recomendación al añadir que puesto que la dermatitis atópica produce picor, la crema debe contener activos hidratantes y redipilizantes, sustancias reparadoras, calmantes y antipruriginosas (que reduzcan el picor).

Acné

El acné produce inflamación y una obstrucción de la unidad pilosebácea. Su tratamiento debe incluir además de la hidratación, exfoliación para alisar la piel. Para ello son útiles cremas que incluyan retinoides, ácido salicílico o ácido glicólico, para exfoliar y mejorar la queratinización de la piel. “Esto va a ayudar a que se forme mejor la piel, a que no se obstruya el poro y se regule la secreción sebácea, que es lo que va a dar lugar a la inflamación y a los granos”, apunta Nuño.

Psoriasis

La piel con psoriasis está inflamada, sufre descamación y engrosamiento. Por eso Nuño y Alcalde aconsejan utilizar cremas que contengan compuestos hidratantes, emolientes y queratolíticos. Nuño añade que la urea, “además de hidratar hace un efecto queratolítico, que quita las capas más superficiales de la piel, lo que mejora su aspecto”.

El hecho de ablandar las estas placas con la exfoliación y la hidratación ayuda a “disminuirlas y facilita la penetración de los tratamientos farmacológicos prescritos por el dermatólogo”, añade Alcalde.

Pieles sensibles o alérgicas

En el caso de pieles sensibles conviene evitar las cremas que contengan compuestos irritantes y, en el caso de pieles con acné, dice Nuño que las cremas de retinol deben tener concentraciones bajas para evitar la irritación. Lo mismo ocurre con pieles alérgicas a determinados componentes o conservantes, conviene evitarlos.

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