En medio de su lucha legal con la madre por la custodia de su hija de cuatro años de edad, el dominicano Efraín Michel, de 26, se ahorcó el sábado en la noche deprimido por la posibilidad de perder a la niña que amaba entrañablemente.
La versión, que fue confirmada por los hermanos del suicida relatando la tragedia en la entrada del edificio 219 de la avenida Audubon y calle 176 en el Alto Manhattan ha consternado a todo el vecindario.
Una vecina que los acompañaba dijo que Efraín preguntaba frecuente a su madre que si era cierto que quien moría primero en la familia se iba a reunir con los otros difuntos en el cielo.
“Pero ninguno de nosotros pudimos apreciar señales de que estaba sufriendo de depresión”, explicó uno de los hermanos que junto al otro estaba compungido observando el altar improvisado frente al edificio.
“Él, Efraín llevaba algún tiempo sufriendo el proceso en la Corte de Familia, donde se le dijo que se le iba a despojar de la custodia de la niña”, señalaron los hermanos.
Narraron que el sábado en la noche, poco antes de que se ahorcara estaban todos en la sala del apartamento en el cuarto piso cuando de repente, Efraín fue al baño y al rato, lo encontraron colgando.
El funeral se llevará a cabo este viernes y sábado en la funeraria Rivera de la avenida Saint Nicholas y calle 173 en el Alto Manhattan a pocas cuadras de donde vivía.
Los parientes no dijeron cuáles son los alegatos del tribunal para decidir quitarle la custodia.
La tragedia dejó devastada a la familia, y una hermana del occiso identificada como Jailene que conversó con este reportero dijo que nadie entre los parientes, vecinos y amigos de Efraín, se imaginaban lo peor ya que era un joven alegre, lleno de vida y muy sociable con sus amigos.
Frente al altar improvisado que se levantó en su memoria dolientes, vecinos y transeúntes tampoco hallaban explicación a la decisión de Efraín para quitarse la vida.
Los detalles del suicidio no fueron revelados por los familiares, pero en los rostros de quienes se detienen ante el altar, hecho con pedazos de cajas de cartón, flores, velones, fotos es visible el dolor y las lamentaciones por la muerte del joven.
Efraín era conocido en todo el vecindario y frecuentemente visitaba los negocios del área, donde la hermana y una vecina colectaban dinero todo el día de ayer lunes para cubrir los gastos del funeral.
El fallecido era nativo de Santo Domingo.
“No vimos ningún signo de que estuviera depresivo ni nada de eso”, agregó la hermana.
Por Miguel Cruz Tejada