Por Franklin Rosa
La lucha que libra el imperio norteamericano contra Rusia y China por la hegemonía mundial se hace cada vez más tensa y se acumulan factores de guerra entrando a una nueva Guerra Fría. La nueva correlación de fuerzas que se da al surgir China como la gran potencia comercial, líder tecnológico en el área de la comunicación y principal financista del mundo se orienta hacia un Nuevo Orden Mundial.
La estrategia del imperio norteamericano con Donald Trump a la cabeza se muestra dividida pues el Partido Demócrata busca en forma sistemática la confrontación con Rusia y el Partido Republicano con China, pero el grupo de los halcones que encabeza John Bolton busca de manera inmediata la confrontación regional con Venezuela y Cuba
A la división sobre la estrategia se le agrega la visión de Trump sobre Nación-Estado, de América Primero, chovinismo y anti-globalismo. El abandono de sus compromisos internacionales con sus aliados, disminuyendo su liderazgo y su papel de guardián de los valores del mundo occidental.
En septiembre del año pasado Donald Trump superaba parte de la dicotomía estratégica despidiendo a John Bolton y acusándolo de querer llevarlo a una guerra contra Venezuela; en este momento se define mas la estrategia de confrontación con China y se profundiza la guerra comercial y Trump sale en defensa de sus productores agrícolas, su base de sustentación electoral, acordando con China compra millonaria de productos agropecuarios.
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El pleno empleo logrado en la economía norteamericana y el éxito obtenido en los acuerdos comerciales con China aseguraban, a principio de año, una reelección del Presidente Trump en las elecciones de noviembre.
En medio de esta pugna y contradicción sobre su estrategia de confrontación contra China y Rusia, estalla la bomba biológica en China, el COVID-19, desde el mismo inicio impactaba el sistema de salud de China y doblegaba a una cuarentena estricta a la ciudad de Wuhan con más de 10 millones de habitantes.
La confrontación con China se profundiza y se define como una guerra comercial sin cuartel persiguiendo ejecutivos, limitando las inversiones y prohibiendo el uso de la tecnología 5G de China.
El Presidente Donald Trump cometió el grave error de subestimar la aparición del COVID -19, a pesar que China, de forma rápida, descifró el genoma del virus y lo difundió al mundo, un coronavirus de la misma familia que el SARS y el MERS que producen una neumonía atípica de transmisión entre humano y que los científicos virólogos estaban a la espera de un brote de gran magnitud.
Trump se burla del virus Chino, no escuchó las recomendaciones de los asesores científicos que confirmaban que Estados Unidos no estaba preparado para ese tipo de pandemia, desdeñando todas las sugerencias de enfrentar la pandemia; Trump siguió profundizando las contradicciones con gobernadores y líderes del congreso y no se aplicó una política de contención del virus ni de mitigación y toda la nación se encuentra en el caos, paralizada económicamente y sin ninguna política sanitaria que pueda contener la pandemia.
El pésimo manejo de la pandemia por Trump, con 26 millones de trabajadores parados, una economía paralizada y una guerra comercial con China que impacta en las ganancias de las empresas multinacionales norteamericanas presagian que Trump perderá la reelección presidencial en las elecciones de noviembre.
Esta situación de descalabro económico y político de la administración Trump, posterga la confrontación geopolítica contra China y Rusia por la hegemonía mundial y aleja la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, pues la ruptura de todos los acuerdo sobre armas estratégicas con Rusia y la actitud de la OTAN de cercar a Rusia y sancionarla se dirigían en esa dirección.