En la búsqueda de nuevos destinos y vacaciones originales, seguro que nos hemos hecho esa pregunta. ¿Habrá algún sitio en el que no haya nadie y no tenga dueño?
La ‘tierra de nadie’ no solo existe en las guerras, como esa franja que ninguno de los ejércitos en combate han logrado controlar.
También hay dos territorios en el mundo que no tienen dueño. El primero de ellos es la Tierra de Marie Byrd, que se encuentra al oeste de la Antártida. Es tan inhóspito que ningún país lo quiere a pesar de que tiene una extensión aproximada de 1.610.000 km2 (3,19 veces España). Por allí no pasan ni las plantas rodantes del salvaje Oeste.
Un segunda tierra de nadie más pequeña que la anterior es el Triángulo de Bir Tawil, situado entre Egipto y Sudán. Cuando en 1899 se definieron las fronteras de sus dos países vecinos, Sudán tuvo que cargar con el muerto. Más tarde, en 1902, pasó a ser territorio soberano del país que admiró la nariz de Cleopatra. Pero en realidad nunca se han peleado por quedárselo, sino todo lo contrario. Lo que ambos quieren es el Triángulo de Halai’b, una zona fértil y poblada frente al desierto de arena y rocas que es Bir Tawil.