El Mirador
Por Luís Céspedes Peña
El padre Rogelio Cruz ya fue informado de su expulsión de la Congregación de la Iglesia Católica a la cual perteneció desde que fue investido, excepto que aparezca algún obispo que cumpla con la exhortación del Papa Francisco, de que los sacerdotes deben ser “curas callejeros”, vinculados a las necesidades de los humildes, que es lo mismo que hace el religioso, una víctima de los tiempos modernos.
Es una víctima, hasta que alguien demuestre que es culpable del delito que se le acusa. Cuando el Santo Padre pide a los obispos, presbíteros y diáconos que sean “curas callejeros”, no se está refiriendo a que participen de las cosas negativas mundanas, sino en un principio básico por el luchó Jesús, llamado El Nazareno, como es la justicia social.
La carta que expulsión del padre Rogelio ya está firmada por los superiores de su Congregación. Pero el sacerdote seguirá luchando al lado de los más necesitados, aunque sin parroquia de la Iglesia Católica. La Iglesia tiene que ser muy cuidadosa, porque expulsar a un sacerdote sin que el pueblo esté satisfecho con la acción, es peligroso.
El sacerdote sigue clamando que se presente alguna prueba de la acusación que se le hizo de procrear un hijo, pero nadie lo hace. Aunque separando la distancia, hay que decir que también Jesús, el Todopoderoso, fue acusado por bandidos de la antigüedad de numerosos hechos penados por la Ley, pero nadie nunca le probó un solo delito, porque Rey del mundo siempre está limpio.
Parece que difamar a los honestos se convierte en una cultura entre aquellos que carecen de responsabilidad, humildad y honestidad. Se sabe que el padre Rogelio es un defensor de los recursos naturales, lo que choca que con muchos poderosos. ¡Y es un abanderado de la libertad!
El pueblo debe darle seguimiento a este injusto acontecimiento. A Jesús lo mataron sin darle la oportunidad de un juicio de apelación, porque para los dictadores de entonces era mejor eliminarlo lo más rápidamente posible, que esperar a que el pueblo justo tuviera tiempo para organizarse y protestar en contra del reino.
El padre Rogelio, desde hace varios años, habló de temer por su vida y de las calumnias que buscarían “matarlo” moralmente. Pero el padre Rogelio seguirá trabajando como sacerdote independiente de la Iglesia Católica, si no aparece un obispo de los valientes que tiene el país que se lo lleve a trabajar, que es lo que, aparte de las labores religiosas, sabe hacer el ese sacerdote de la verdad.
Y mantenemos la idea de que hasta que alguien no presente una prueba mínima contra Rogelio, es una víctima del sacerdocio responsable. “Pero hay algunas esperanzas de que algún líder de la Iglesia Católica cumpla con los deseos de El Nazareno y de su representante, el Papa Francisco!
De no ocurrir ese hecho, el Padre Rogelio será una imitación del Maestro: “Una voz que exige justicia”. Hace varios años, sugerí la necesidad de que todas las Congregaciones pasaran a ser dirigidas por los obispos, debido a que la independencia que hay de que cada una de ellas, que tiene sus propias autoridades, un día podría convertirse en algo negativo para la institución religiosa.
La Congregación religiosa a la cual pertenecía el padre Rogelio, ya decidió expulsarlo de la misma. Ese poder es negativo para la Iglesia Católica. ¡Es que el pueblo religioso sigue a su Iglesia y no a las Congregaciones! Lo que más conviene es que todos los sacerdotes estén bajo la supremacía de los obispos.
¡No importa que sus superiores se opongan! La iglesia Católica, que se está multiplicando como semillas fértiles en todo el país, necesita más sacerdotes, no ni uno menos!
El Papa Francisco, comprometido con los más pobres y necesitados, debe iniciar una investigación al respecto. Y debe hacerlo, porque la decisión de expulsar al padre Rogelio de esa institución religiosa, sin ninguna prueba, podría ser una gran motivación para que millares o millones de católicos de la República Dominicana, se sientan “heridos” por esa injusta decisión.
Eso podría ser un motivo para la inconformidad. “Lo dejamos hasta ahí”. Podría pensarse de que sectores poderosos están detrás de su expulsión. El país necesita que sus máximos representantes religiosos sigan construyendo viviendas y solucionando otros problemas a favor de los pobres, como lo está haciendo el padre Rogelio u otros que no son de esa Congregación.
¡Ese es el gran Evangelio que predicó El Nazareno! No es el de palabras vacías! Este tipo de accionar tiene sus grandes riesgos. Los grandes santos desafiaron los reinados y la mayoría de ellos pagó con la vida el derecho a decir la verdad.
¡Hay que luchar por la buena nueva!, como lo dijo Jesús. Si en la Iglesia Católica están haciendo falta cientos de sacerdotes, ¿por qué despojarse de un verdadero creyente del Evangelio?
Exhortamos al padre Rogelio a seguir trabajando por los demás, como sacerdote que siempre será, porque el grado no se pierde, aunque no tenga una parroquia, porque llegará el día en que la justicia divina se impondrá.
Estamos seguros de que el padre Rogelio se mantendrá dentro de su Iglesia, ayudando a los pobres y cuidando nuestros recursos naturales. Rogelio sabe que a partir de ahora lo estarán vigilando permanentemente, día y noche, por lo que hasta para saludar deberá hacerlo a cierta distancia.
¡Gracias por leernos!