Por Juan Pablo Bourdierd
Conglomerado de origen brasileño dedicado a los negocios de ingeniería y construcción, de igual forma a la venta de productos químicos y petroquímicos.
La gigantesca empresa tiene presencia en Las Antillas, América Central y del Sur, África, Europa y Medio Oriente; protagonista de uno de los escándalos más grande de corrupción de los últimos años en el mundo.
El embarazoso conflicto fue publicado el 21 de diciembre de 2016, El Departamento de Justicia de los Estados Unidos en una investigación sobre la constructora brasileña Odebrecht, en la que se detalla que la misma habría realizado sobornos a funcionarios públicos del gobierno de más de 10 países, para adjudicarse contrataciones millonarias.
La República Dominicana forma parte del escándalo mundial protagonizado por la formidable empresa en el país; numerosos funcionarios del gobierno actual y miembros del partido de la Liberación Dominicana (PLD) están luchando en el lodo, aunque con el pasar del tiempo todo queda en el olvido.
El pueblo dominicano y muchas organizaciones populares se han manifestados levantando su voz, esperando justicia por el derroche del erario público sin control alguno; el esfuerzo es en vano, el pueblo no cree en la justicia.
Se ha revelado los pagos de sobornos por la poderosa constructora para obtener numerosas obras, El Ministerio Público continua realizando famosas investigaciones sobre imputados, empresas y políticos, pero la población junto a las organizaciones sindicales han perdido la confianza; en otros países hay varios condenados, en RD, solo palabras que se la lleva el viento.
El pueblo dominicano sigue perdiendo la confianza en las autoridades, municipales, provinciales, judiciales y en el gobierno central; la población no tiene quien le defienda, es un descalabro total, los gobernantes son gobernados por ellos mismo, los de abajo no tienen quien lo defienda, no hay respeto; razón que los máximos representantes del estado deben tomar en cuenta.
Educador y comunicador, reside en Santiago Rodríguez